jueves, 15 de enero de 2015

UN TESORO POR DESCUBRIR EN EL BIERZO

LAS MINAS DE ORO ROMANAS DE CASTROPODAME
Cap.1.-Su historia y su conocimiento.
Rogelio Meléndez Tercero

Localidad de Castropodame el fondo mina de oro California?, mina Africana o nueva California?
          Resulta curioso que hoy día en pleno siglo XXI, los vecinos, naturales y allegados a Castropodame podamos conocer las viejas minas de oro de nuestro pueblo mejor que muchos de los que nos precedieron y que vivieron en épocas mas próximas a la de su explotación. Son paradojas de la Historia.

          Este artículo está redactado pensando especialmente en los de Castropodame y por ello emplearé expresiones que a nosotros nos resultan familiares, aunque no tanto a quienes no conozcan a fondo nuestro pueblo. Por el mismo motivo el necesario apartado con las notas bibliográficas, lo omito; aunque lógicamente lo puedo facilitar a quien lo desee.

SIGLOS DE OSCURIDAD

          Sin duda superan el centenar las generaciones (basta un cálculo sencillo) que han convivido con estas viejas minas que ahora ¡¡ por fin¡¡ las autoridades locales intentan dar a conocer y poner en valor. No sabemos a ciencia cierta que pensaron los antepasados de estas excavaciones (Los Valles, La Encinal,las cuevas, las “pozas” del monte, los pedregales de Nogaleas,....); pues ciertamente no fueron fue pródigos en dejarnos escritos con sus opiniones. Es lógico que así sea ya que las escuelas de primeras letras no se asentaron al menos de modo definitivo hasta las primeras décadas del siglo XIX. Esto supone que durante siglos saber leer, escribir y realizar las operaciones aritméticas mas simples, era algo tan extraño (quizá mas) que hallar actualmente, alguien en el pueblo con estudios universitarios. Tal era la situación que últimamente tengo la costumbre (creo que acertada), de tomar nota al analizar viejos documentos de las personas que sabían al menos firmar. No eran muchas. Por otra parte las condiciones de vida (baste recordar lo que ocurría hace escasa décadas, durante la Posguerra ), no dejaban mucho tiempo libre para cultivar la actividad intelectual y para remate se daba la circunstancia de que el escaso tiempo se quedaba para pensar era absorbido en gran medida por la religión. El asunto es que hay constancia fidedigna de que a lo largo de los siglos si hubo muchas personas con capacidad para hacer una pequeña redacción sobre estas viejas minas. Me refiero en concreto a los curas. Tenemos abundantes escritos de por ejemplo Antonio Parragués que en la segunda mitad del siglo XVI, fue cura del lugar. Sabemos incluso que otro cura Antonio de Quiroga y Losada tenía tanta afición a la pluma que incluso hizo un extenso libro (sobre religión como no); en los últimos años del sigo XVII . No ejerció su ministerio en Castropodame, si no en una parroquia de la ciudad de Valladolid; pero visitó al parecer reiteradas veces su pueblo natal. También hubo escribanos que eran personas allegadas al pueblo por tener aquí bienes u otras razones y en fin podríamos seguir con este listado de personajes ilustrados en su tiempo; pero no conocemos un sólo escrito de ellos que cite a estas minas y por supuesto menos aún algún tipo de dibujo o croquis. Su mentalidad les impedía prestar atención a estas ruinas del pasado. Los curas se limitaban a levantar actas de bautismo y otros escritos inherentes siempre a la religión. Los escribanos por su parte levantaban acta o tomaban nota de asuntos mas “útiles”, (compra-venta de fincas por ejemplo).

          Sabemos eso si que ya en siglo XVIII (quizá mucho antes)los vecinos eran conscientes de que aquellas cuevas del monte no eran naturales y por ello llamaban al paraje de La Encinal “Peñafurada” (peña agujereada). No creo sin embargo que se atreviesen a visitar en profundidad las cuevas, (no había linternas por ejemplo además de otras consideraciones) y quizá lo único que pensaban era que se trataba de obra de los antiguos (moros seguramente) y también soñaban con algún tesoro escondido en ellas pero nada mas. En el año 1752 declararon que en el pueblo no había mina alguna refiriéndose sin duda a que era una mina abandonada.

Interior del yacimiento aurífero
              Por otra parte Castropodame siempre estuvo un tanto alejado de las rutas principales de tránsito (camino que pasa por Foncebadón, El Acebo y Molinaseca al Sur y Camino Real que pasaba por Congosto y Cobrana, al Norte) y por ello los viajeros que si podrían haber fijado su atención en ellas las dejaron un tanto de lado. Precisamente ahora estoy intentando averiguar si por casualidad eruditos como el Ingeniero Carlos Lemaur (años 60 del siglo XVIII) o Eugenio Larruga (años finales del siglo XVIII), que debieron pasar cerca de Castropodame e incluso por las propias minas (C.Lemaur), dejaron algún documento relativo a las mismas. Hasta ahora nada he hallado. En los informes que otros técnicos de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX ( Datoli y Munárriz), realizaron sobre la mineralogía de la zona, para nada se cita expresamente al menos a Castropodame. Tampoco los corregidores de Ponferrada que en mas de una ocasión estuvieron en el pueblo dejaron opinión escrita alguna conocida al respecto. Así hubo que esperar a las primeras décadas del siglo XIX para ver la primera ( y muy escueta) nota escrita sobre esta mina, debida a Sebastián Miñano (año 1829). En los años 40 del siglo XIX, Pascual Madoz si las cita pero también de un modo muy escueto y aludiendo a los “muchos  capitales”, necesarios para ponerlas de nuevo en producción.


EL DESCUBRIMIENTO

          A lo largo del siglo XIX, si van apareciendo referencias varias a las mismas, pero avivadas por intereses económicos en general,que no se circunscribieron sólo a Castropodame. Este interés por su rentabilidad económica perduró hasta el siglo XX (me parece) y de hecho aun recuerdo muy bien cuando el Sr. Florencio Frey me habló de que trabajó en ellas. Por lo que el me contó y por otros datos que conozco pienso que debieron ser en buena medida personas y empresas extranjeras las que fijaron su vista en estas minas. Los nombres con las que al parecer se conocían en los documentos administrativos (Mina “La Africana”, Mina “California” y quizá también “Nueva California”); son
elocuentes.

         Mi amigo y gran investigador de la minería romana de la Antigüedad, el ingeniero Roberto Matías Rodriguez, creo que tiene interesantes datos al respecto, correspondientes a esta época (siglos XIX y principios del XX).

Mina del Moro y citada erróneamente cueva del moro.
           Aunque el interés económico era entonces el prioritario también empiezan a ser valoradas por su interés histórico. Ricardo Becerro Bengoa en un libro publicado en 1883, las cita expresamente y señala además que un cura de Ponferrada halló en Castropodame (sin precisar mas) un ara romana con su inscripción. Recientemente también he realizado indagaciones sobre esta importante pieza, pero me llevé al final una pequeña decepción: al parecer y pese a lo que escribió el R. Becerro Bengoa; el ara en cuestión no se halló en Castropodame, si no en Ponferrada, así pues hay aquí una duda que despejar. Otro personaje importante del siglo XIX,que habló de estas minas de oro fue el Ingeniero Jefe del Distrito de Minas de León, Jose Mª. Soler (año 1883); que incluso llevó a Madrid a una Exposición Nacional de Minería celebrada por aquellas fechas una muestra de “tierras auríferas”, precedente de la mina llamada California de Castropodame.

          Ya en el siglo XX el conocido militar y erudito berciano Severo Gómez Nuñez,llegó a hablar de ellas en una conferencia pronunciada en Madrid en el año 1931 y facilitó además algunos datos sobre el pasado romano de Castropodame, como el hallazgo ( en La Magdalena), de una moneda romana de la época de Tiberio (siglo I), que según contó fue hallada por Faustino Cepedano el maestro de niños de Castropodame. Me parece que una búsqueda detallada puede servir para engrosar mucho mas la lista de personajes (siempre ajenos a Castropodame); que durante los siglos XIX y primera mitad del XX, se ocuparon de estas minas bien en su vertiente económica o bien por su importancia histórica.

          En la segunda mitad del siglo XX aparece la figura destacadísima del francés Claude Domergue;que investigó a fondo la minería romana de León, como legado histórico y cultural. Me comentaron en Madrid (cuando hablé del asunto en el Instituto Geológico y Minero en una pequeña conferencia en el año 2.013); que este investigador era una figura de primera línea. Yo en consecuencia he rastreado sus escritos (que creo haber visto ya hace unos 35 años cuando era estudiante en Madrid); pero he comprobado que de estas minas apenas habla nada. Las sitúa en unos mapas y poco mas. No se si habrá alguna publicación de este autor que las analice con mas amplitud. Cuando este investigador andaba por El Bierzo estudiando sus minas de oro; (años 60 del pasado siglo XX) yo acababa de dejar la escuela de Castropodame, para ir a estudiar fuera de Castropodame. En la citada escuela lo único que recuerdo respecto a estas minas y de modo muy vago es haber oído que eran romanas y nada mas;todo ello pese a que íbamos de excursión (eso si lo recuerdo bien) a Los Cousos, donde se ubica uno de los embalses de la explotación.
En 1978 Antonio Díaz Carro en su libro sobre la Historia de Bembibre, las cita de modo muy somero para decir entre otros escasos detalles mas que a él no le constaba que hubiesen sido estudiadas. Justamente por estas fechas (aún conservo los apuntes de entonces); yo empezaba a entrar de lleno en el estudio de la historia de nuestro pueblo en general y de estas viejas minas en particular. En febrero del año 1988 se publicó en la revista del Instituto de Estudios Bercianos, un artículo mío relativamente extenso sobre estas explotaciones auríferas romanas. Hasta donde yo se es el primer artículo que en toda la historia se publicó dedicado por completo a las mismas y con una cierta extensión.

CONOCIMIENTO ACTUAL

          Cuando en los años 80 del pasado siglo yo empecé a estudiar estas minas, las consideraba como una especie de Médulas. En realidad la apariencia de las mismas en una primera impresión eso es lo que parecen. De hecho analizando los escritos del prestigioso investigador francés C.Domerge, (al menos los que yo conozco) se las considera simplemente como una explotación del tipo dominado “arrugia”. Es verdad que la presencia de las cuevas en esa roca tan firme me hizo pensar que en el caso de Castropodame, el método de explotación no debió estar basado únicamente o esencialmente en el empleo de energía hidráulica y que no quizá no debían ser consideradas solamente como una mina a cielo abierto, pero,......

          Pronto empecé a darme cuenta de la existencia de esas curiosa piedras con “hoyos” poco profundos. Creo que la primera vez que vi una fue en Llamillas en el transcurso de una “hacendera” con mas vecinos del pueblo. Incluso creo recordar que estaba junto a mi el Sr. Pepe (el marido de la Sra. Adonina) y que me dijo que aquella piedra debió haber sido el “quicio” de una puerta, porque la piedra misma así lo declaraba. No me convenció mucho tal idea y en una ocasión en que vino al pueblo (a petición mía) un profesor de la Universidad de León (Jose Luis Avello), le mostré algunos ejemplares. A raíz de aquella visita seguí durante un tiempo en contacto con tal profesor y así supe que incluso en la citada Universidad circulaban unas hipótesis muy dispares sobre lo que eran esas piedras halladas en Llamillas.

          Hace muy pocas semanas, de nuevo y tras muchos años he vuelto a entablar contacto con tal profesor y me comentó que en efecto por aquellas fechas circulaban hipótesis inverosímiles y que recordaba perfectamente su visita a Castropodame. Ahora tras años de estudio y tras conocer los trabajos de otros investigadores (Roberto Matías Rodríguez entre otros), ya está bien claro que son esas piedras:morteros utilizados para machacar cuarzo aurífero. Como es bien sabido se hallan también fuera de Llamillas,en el propio casco urbano por ejemplo y deben haber estado durante 2.000
años “rodando” de pared en pared sin que nadie supiese su significado. El tema es que son una pieza clave y muy importante para conocer el origen de Castropodame. La correcta interpretación de estos morteros (estoy ya casi terminando un estudio sobre algunos aspectos muy concretos de los mismos), junto a otros muchísimos datos sirven para conocer mucho mejor esta mina de oro.

Este conocimiento se apoya en tres pilares esenciales:

A) Lo observado en la propia explotación y su entorno.

B) Los abundantes datos sobre otras minas similares repartidas por todo el NO de la Península Ibérica.

C) Los escritos que se han conservado de la época romana.

          Sobre este ultimo punto debo señalar que las dos fuentes mas importantes proceden de los textos de Diodoro Sículo (siglo I A.C.) y Plinio El Viejo (siglo I D.C.); pero que se refieren a la minería romana del oro en general y no expecíficamente a estas minas de Castropodame. ¡¡Ojo al dato¡¡. Ambos nos han legado escritos describiendo trabajos mineros que sin ninguna duda coinciden con lo que ocurrió en nuestro pueblo; pero cuidado hay otros detalles que no son aplicables necesariamente a Castropodame. Diodoro Sículo en concreto (se refiere a minas ubicadas en Egipto y otras zonas alejadas de Hispania), describe unas condiciones de trabajo espantosas (“apocalípticas” dice con toda justicia el ingeniero Roberto Matías Rodríguez). Se relata como los prisioneros de guerra o los condenados (hombres y mujeres), trabajaban en medio de unas condiciones tan penosas que hoy nos parecerían injustas incluso para los animales. Tan duras eran las condiciones de trabajo que el propio D. Sículo dice que para quienes les tocaba padecerlas era mejor la muerte que vivir en tan penosa situación. No obstante no hay razón alguna para suponer que en Castropodame también ocurriese algo similar. En todo caso lo que si parece lógico suponer es que dado el valor del oro hubiese junto a las minas algún tipo de fuerza militar. ¿Donde tendrían su cuartel?.

         En todo caso vamos a ir al grano y exponer lo que hoy sabemos del proceso de laboreo y puestos en esta tesitura hay que señalar que en Castropodame se utilizaron dos métodos de explotación diferentes que describo a continuación. No obstante esto será en un próximo capítulo.
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6 de enero de 2015
Rogelio Meléndez Tercero, geólogo, investigador científico y miembro del grupo de investigación permanente INGEMI (Investigación Geológica y Minera)


         Así son las cosas y así se las hemos contado.




      




    


1 comentario:

  1. Juan Manuel Rincón17 de enero de 2015, 11:37

    Fantástico reportaje Rogelio, sigue así con más investigaciones.

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