Introducción
TEXTO: Rogelio
Meléndez Tercero. Colegiado nº 601
Existe una depresión del relieve en el oeste
de la provincia de León, conocida como la Hoya Berciana, que se aprecia incluso
en los viejos mapas de España de las escuelas más elementales de los pueblos. Está
rodeada por el NO por las Sierras de Ancares y por el SE por los Montes de
León. Su geomorfología hace ya siglos que llamó la atención incluso a algunos
políticos de rango nacional (1) hasta el punto de que quizá fue una de las
razones por las que allá en las primeras décadas del siglo XIX, se constituyó
la “Provincia del Vierzo”. El hecho de que El Bierzo esté rodeado de montes,
dio lugar a una leyenda (2) según la cual incluso en tiempos históricos (justo
antes de la llegada de los romanos a esta parte de Hispania), fue un gran lago
por el cual los astures en sus barcas se desplazaban como “Pedro por su casa”.
Tal extremo ha sido rechazado de plano por historiadores y por supuesto por
geólogos,(García Blanco C. ). Hay que señalar no obstante que la contemplación
de una zona extensa y llana rodeada de terrenos más elevados (Cuenca Terciaria
del Duero por ejemplo), incluso a los geólogos antiguos (3) llevó a pensar en
lagos más o menos extensos (Ezquerra del Bayo, J. 1844).
Fig.1.- Ubicación de la Hoya Berciana.
Mapa geológico de España y Portugal. Realizado por el Instituto Geológico y
Minero de España y el Gobierno de Portugal. Escala 1 : 1 000 000.
El estudio de la génesis de
esta hoya, pese a la extensa bibliografía hoy disponible, es más complejo de lo
que a primera vista parece. Por otra parte, la forma tampoco es tan sencilla
como parece deducirse de la expresión “hoya”. En realidad hay varias cuencas o
depresiones interconectadas por cauces fluviales y con distinto grado de
desarrollo. Hay además una serie de “escalones” o bloques a diferentes niveles.
En este artículo no obstante el objetivo primordial es analizar la génesis y no
describir en detalle su morfología.
Fig. 2.- En este plano en relieve del Bierzo, se ve que la
cuenca de Ponferrada, (rojo) está mucho más desarrollada que las de Bembibre
(azul) y Noceda (amarillo). Las tres están
conectadas por cauces fluviales. Escalas del plano: horizontal 1: 250 000 y la
vertical 1: 100 000.
En la segunda década del siglo
XVIII, se realizó por el cartógrafo Tomás López de Vargas y Machuca un mapa de
la entonces llamada “Provincia del Vierzo”, pero este plano (bastante correcto
para la época) nada señala sobre la geología en general, ni siquiera sobre la
morfología (4). Los estudios (más bien apuntes sueltos) realizados en el siglos
XVIII y en el siguiente y al menos hasta donde yo conozco nada insinuaron
siquiera, sobre la formación de esta depresión.
Habría que esperar al año 1941
(Vidal Vox C.), para hallar una publicación geológica que intentase al menos
abordar el origen de la misma. Este autor escribió que El Bierzo es una
depresión tectónica originada durante el Plioceno. Así se indica en una memoria
geológica muy posterior (Martínez García E. 1980). Conozco además un estudio relativamente
antiguo, realizado por Sluiter W.J. y Pannekoek
A.J. en el año 1964, (Universidad de Leiden. Holanda) en el que si se
exponen ideas sobre la formación de la depresión berciana muy interesantes y
dignas de tener en cuenta incluso actualmente. La que más puede asombrar a
personas sin conocimientos de geología, es la que afirma que la red fluvial
berciana en vez de desaguar hacia Galicia, lo hacía hacia lo que es hoy es la
Meseta Castellana, en un pasado geológico muy reciente.
Un relativamente viejo (año
1958) ,pero muy conocido mapa geológico de España y Portugal a escala 1 a 1 250
000, en el que figura una memoria de la cual es autor principal (aunque no
único) el profesor Bermudo Meléndez (me dio clase), ya aporta algunas ideas
interesantes sobre el tema. La llamada “Rodilla Astúrica”, se interrumpe o más
bien queda oculta al llegar al Bierzo y si añadimos a este detalle la
información de la estratigrafía y la geomorfología, la idea de que las zonas
internas del Bierzo se han hundido respecto a los terrenos circundantes ya está
bastante bien esbozada. Hay incluso un detalle (en la memoria precitada) que
tiene relación con el origen de la red hidrográfica actual del Bierzo. Se alude
a que a “finales del Terciario, un movimiento de basculación del Macizo
Hespérico hacia Occidente”, ha dado lugar a que
la mayoría de las cuencas hidrográficas españolas viertan hacia el
Atlántico.
Planos geológicos más
recientes y estudios posteriores, han
ido añadiendo más detalles y mostrando una estructura geológica cada vez más
acorde con la realidad. Por ejemplo el realizado por Martín González, F. y N. Heredia, N en 2010.
El origen lejano
Dado que los terrenos
sedimentados durante el Estefaniense, están poco plegados y que incluso parece
probable que algunos de los pliegues sean sinsedimentarios; me da pie para
pensar que durante todo el Mesozoico lo que hoy es El Bierzo fue una zona
sometida básicamente a la erosión, que convertiría la superficie en una llanura
similar a la de la actual Meseta Castellana y con una ausencia prácticamente
total de sismicidad. Ello explicaría porque los sedimentos estefanienses además
debieron estar sometidos a un proceso de alteración notable, debido a la lenta
infiltración de aguas superficiales y exposición a la atmósfera durante
dilatados períodos de tiempo a escala geológica. Esta zona alterada reconocida
gracias a las labores mineras, penetró en terrenos carboníferos hasta una
profundidad de 10 metros como mínimo, ya que es posible que la erosión la haya
eliminado en parte (5).
Los terrenos carboníferos,
fueron erosionados y re-sedimentados en el Terciario, porque aunque no es muy
habitual, en el interior de una canto del Terciario, yo hallé hace años unos
ejemplares de annularia que (ver figura 3), sin duda deben proceder del
Estefaniense, cercano. Este fósil se halló en las facies llamadas Santalla en
un punto ubicado a más de 5 km al Oeste de los sedimentos estefanienses (6) más
próximos.
Fig. 3.- Tres ejemplares de annularia hallados en un canto re-sedimentado
durante el Terciario. La escala gráfica señala centímetros y milímetros obviamente.
La ficha en papel corresponde a las publicadas por el profesor D. Bermudo
Meléndez en 1971. Fichero paleontología estratigráfica.
En cualquier caso no es
momento de analizar lo que pudo ocurrir antes del Terciario, ya que lo que hoy
llamamos Hoya Berciana es claramente posterior al inicio del Cenozoico. En el
Terciario tendría lugar (profesor Bermudo Meléndez) la formación de la actual
llanura de la cuenca hidrográfica del Duero, en la cual en principio también se
incluiría y sin distinción alguna lo que hoy es El Bierzo en general. Está
formada por sedimentos de origen continental, que fueron rellenando y
conformando la llanura.
El origen cercano
El verdadero cambio o si se
quiere lo que habitualmente entendemos como la formación de la Hoya Berciana,
se habría de producir cuando las aguas comenzaron a discurrir hacia lo que hoy
es Galicia. Al Este del Bierzo (pero al Oeste del meridiano de Astorga) los
cauces fluviales siguen un trazado prácticamente paralelo a los límites
cartográficos de las diferentes formaciones geológicas, es decir una dirección
O-SO a E-SE o si se quiere N 110ºE. Es la
Fig.4.- Las flechas indican la
dirección y sentido primitivos de la red fluvial previa a la formación de la
Hoya Berciana. Base cartográfica: upload.wikimedia.org.wikipedia. (Mapa relieve España. León)
dirección que en principio
debían seguir los ríos que discurrían por lo que hoy es El Bierzo. Ver fig.4. Parece
también fuera de toda duda que los cauces fluviales bercianos que en principio
seguían una dirección general de NO a SE y sentido hacia el SE, han ido poco a
poco modificando su trazada de modo que hoy se dirigen hacia el Oeste o
Suroeste. Analizando la red fluvial actual con detalle, son evidentes esos
cambios de dirección. Es evidente asimismo que debieron existir capturas
fluviales, algunas de las cuelas aún hoy día se pueden analizar.
Existe un consenso
generalizado en los estudios geológicos en que, nos hallamos ante una depresión
o fosa tectónica originada en tiempos geológicos muy recientes. En la muy
conocida memoria del Mapa Tectónico de la Península Ibérica y Baleares (IGME.
Año 1977. Escala 1: 1.000 000), ya se cita aunque de modo muy superficial. Se
atribuye a una etapa de fracturación de edad neógeno-cuaternaria. Otros estudios señalan al Mioceno y Plioceno,
como el período de tiempo en el que se inició la formación. Entiendo que es una
expresión correcta.
En el Mioceno o incluso antes,
se inició un proceso de levantamiento progresivo de algunas partes occidentales
de la provincia de León, incluyendo al Bierzo. Se formaron varios bloques
delimitados por fallas, unos más altos que otros. Era el inicio de la fosa
tectónica. En algunos casos los sedimentos que formaron parte de la cuenca del Duero
quedaron aislados. En cualquier caso el tránsito Mioceno/ Plioceno, aún es
posible que la red hidrográfica al completo de lo que hoy es El Bierzo,
siguiese vertiendo sus aguas hacia el Naciente.
A partir de la geomorfología y
geología que hoy podemos analizar, es evidente que en la zona más occidental de
la actual provincia de León y del propio Bierzo, donde aún hay profundas
gargantas del río Sil (La Barosa- Valiña); es donde en principio se situó la
divisoria de aguas con Galicia. Sería el incipiente nacimiento de la hoya, que
poco a poco se extendería al naciente. El progresivo levantamiento de terrenos
al NO y SE de esa zona, hizo que poco a poco se formase la cuenca de Ponferrada
y su entorno. La línea divisoria de aguas se fue poco a poco aproximando a lo
que hoy se llama el Monte Arenas, zona muy bien identificada en mapas
geológicos por la existencia del plutón granítico de Ponferrada, emplazado
justamente al NE de la citada población. Esta zona forma actualmente un umbral
que separa las cuencas de Ponferrada y Bembibre, umbral en el que el río Boeza
discurre por una estrecha garganta que comunica ambas cuencas. Ver figura 7.
La cuenca de Ponferrada-Villafranca tiene un
fondo prácticamente llano y mucho más extenso (15 x 20 km), que las cuencas de
Bembibre y Noceda. En el caso de Noceda cabría hablar de unos 30 km cuadrados y
con un fondo bastante menos plano que en el caso de Ponferrada. En Bembibre o
si se quiere en la zona de San Miguel de las Dueñas a Folgoso de la Ribera, lo
que hallamos es esencialmente un valle fluvial (río Boeza) de fondo plano, pero
rodeado de mesetas con cumbres aplanadas que sobresalen a menudo unos 70 metros
por encima de las actuales cotas de los ríos Boeza, el Noceda y otros arroyos
más. Estas mesetas son similares a los cerros testigo de cumbre plana que
hallamos en zonas de Castilla. Según algunos autores, las cumbres de estos cerros
testigo son en algunos casos terrazas del Cuaternario (Pleistoceno) (7). Ello supone
que nos hallamos ante pequeñas hoyas o valles fluviales, que se comenzaron a
formar en el Cuaternario y que están en proceso de formación aún. Las
pendientes de las laderas de esos cerros testigo, son lo bastante elevadas como
para justificar una elevada tasa de erosión y sobre todo si tenemos en cuenta
la litología.
Por tanto y en orden
cronológico parece fuera de toda duda, que primero se formó la zona deprimida
del entorno de Ponferrada y después la de Bembibre, quizá coetánea con la de
Noceda. Esta última (ahora desagua hacia
el Sur) debió en principio verter sus aguas hacia el Este y conectar con la de
Bembibre a través de lo que aún es el cauce del río Boeza, aunque este es un
punto sobre el que tengo dudas. Ahora la conexión se produce con el río Noceda.
Es decir la divisoria de aguas se siguió desplazando hasta donde hoy se halla,
esto es en el puerto del Manzanal.
Antes de llegar a la situación
actual (una etapa esencialmente erosiva) se debió producir una notable pérdida
de la pendiente de los cauces fluviales, que propicio la aparición de zonas
lacustres más o menos extensas (no existe nada similar actualmente). Los
niveles calcáreos que existen en las proximidades de Bembibre, por ejemplo, son
lo que queda de aquellos lagos aislados. Los sedimentos lentejones
(conglomerados, arenas y arcillas, incluso con concreciones carbonatadas),
señalan un ambiente esencialmente fluvial, aunque lógicamente los ríos y
arroyos que generaron esas capas lenticulares ya no existen actualmente.
En esta etapa se produjo en muchas partes una
acumulación significativa de sedimentos que fueron rellenando las partes más
deprimidas del relieve y dando lugar a zonas llanas de cierta extensión como
las que hoy observamos cerca de Bembibre. Ríos y arroyos cuyo trazado hoy no
podemos conocer fueron poco a poco aportando sedimentos, en algunos casos de
considerable espesor. Más de 200 metros. (8) La colmatación de esas zonas
produjo una serie de cumbres planas (cerros testigos) que hacen soñar a quienes
creen ver en El Bierzo un inmenso, extenso y continuado lago general. Nunca,
insisto, existió tal lago general. Existieron infinidad de pequeñas lagunas más
o menos conectadas.
La ultima etapa de este
proceso es la formación de los arroyos y valles fluviales actuales. Los más
importantes son los de los ríos Sil y Boeza. En ambos casos y en la parte baja
de su curso discurren por valles de fondo muy plano, debido a una migración de
su curso hacia el sur. La llanura del oeste de Ponferrada es mucho más extensa
que la del este (río Boeza). Estas llanuras por las que discurren los cauces
señalados de nuevo sugieren la existencia de un antiguo e imaginario lago. La
migración hacia el SE de los cauces de los ríos Boeza y Sil, hay que atribuirla
a un proceso de basculamiento muy reciente de la plataforma sobre la que
discurren. Yo diría que actual en términos de tiempo geológico. El proceso de formación de la Hoya Berciana,
aun continúa. La geomorfología, los datos de sismología e incluso los análisis
de índole histórica así lo muestran.
En el año 2015 se publicó
(“Tectonophysics”) un extenso estudio sobre la estructura de la corteza en la
terminación del Orógeno Cántabro-Pirenaico en el NO de la Península Ibérica
(Rodríguez Fernández L.R., Pedreda A. y otros). En el mismo se hace
directa referencia a la depresión del Bierzo y se muestra la estructura de la
corteza hasta una profundidad de 20 km, reflejando una situación congruente con
la de la figura 8 del presente artículo. Asimismo se señala al Mioceno como el
período de tiempo en el que se produjo el aislamiento del Bierzo del resto de
la cuenca del Duero.
El Mapa Geológico de España
(Hoja nº 18-Ponferrada) en su más reciente edición ( año 2021) se hace
referencia a ese estudio del año 2015 y
también a la controversia sobre el contexto tectónico de la génesis del Bierzo.
Aunque ha habido diferentes puntos de vista las opiniones mayoritarias y más recientes considera que
“la formación de esta depresión tectónica y su relleno están condicionados por
procesos de tectónica compresiva”.
Estas dos últimas
publicaciones son lo más reciente que se ha dado a conocer y recogen una
amplísima cantidad de información, sobre la génesis de la Hoya Berciana.
Entiendo que son de consulta inexcusable para abordar este tema en el actual
estado de nuestro conocimiento geológico del Bierzo. Las ideas recogidas en
ellas están en la línea de lo reflejado en este artículo.
El análisis matemático
Todo lo señalado es una exposición
básicamente cualitativa, pero yo entiendo que es muy cierto aquello de que
“toda ciencia tiene de ciencia lo que tiene de matemática” (H. Poincaré) y la
geología como ciencia y ejercicio racional debe tratar de apoyarse todo lo
posible en argumentos matemáticos. La formación de la Hoya Berciana es obviamente,
efecto combinado de la erosión y la tectónica, engarzados en el transcurso del
tiempo. Tanto la erosión como la actividad tectónica han de tratar de definirse
en términos matemáticos. Pues bien vamos a ver qué datos matemáticos tenemos
sobre ambas áreas.
MOVIMIENTO DE LAS FALLAS.
ACTIVIDAD SÍSMICA
Hasta hace pocas décadas El Bierzo,
se consideró una zona prácticamente asísmica. Según datos publicados hace años,
el único terremoto que afectó seriamente a esta comarca, fue el de Lisboa
(1755) ya que sus efectos se llegaron a sentir (hay informes al respecto) en El
Bierzo, donde se percibió con una intensidad máxima de V (escala M.K.S.) Hay
algún dato muy impreciso sobre otro acaecido en el año 1309 en Ponferrada,
(epicentro) pero la referencia es poco clara. En los años 60 del siglo pasado
algunos terremotos con epicentro en el Golfo de Cádiz también se sintieron (intensidad
II escala MKS) y asimismo otro con idéntica intensidad (año 1961) y epicentro
en Zamora. (Carrasco Pascual, D. 2005).
Sin embargo en la actualidad conozco
más datos, que ponen en duda o al menos permiten matizar lo de prácticamente
asísmica. En el registro (años 880 A.C a 1900 D.C.) de sismos históricos (Martínez
Solares, J.M. y Mezcúa Rodríguez, J. 2002), he localizado 37 sismos en la zona
de Galicia-Asturias-N de Portugal y León, distribuidos a lo largo de los 20
siglos últimos. El más antiguo del año 60 A.C. Por otra parte a finales del
siglo pasado en la zona de Sarria-Becerreá se registraron varios movimientos
sísmicos, que en El Bierzo en algún caso se sintieron con intensidad de V
(MKS). Esta circunstancia propició la aparición de algunas publicaciones de
índole científico (Rueda, J. y Mezcua J.
2001) que han servido para conocer mejor la actividad sísmica actual del Bierzo
y su entorno. Además y quizá debido a esa actividad registrada en los últimos
años del siglo pasado, se realizaron tomas de datos de modo más preciso. Así
entre 1999 y 2002 (Red sísmica local del Proyecto GASPI) se llevó a cabo un
amplio estudio de micro sismicidad con la implantación de una red propia. Se
registraron más de 500 sismos en una zona ubicada en torno a Sarria-Becerreá. Cabe señalar que la medida instrumental de la
sismicidad, en el NO de la Península Ibérica se inicia en los años 60 y por
tanto es muy posible que gran parte de la información que podría ser útil
considerando escalas de tiempo geológicas e incluso históricas no haya quedado
reflejada. En todo caso es evidente que
la sismicidad instrumental, señala movimientos sísmicos de una magnitud tan
baja que los desplazamientos de las fallas (en cada terremoto) han de ser
inferiores a un milímetro. (Capote del Villar, R. 2003)
En los mapas de sismicidad
actuales, con una simple mirada se distinguen claramente tres zonas principales
de actividad sísmica en la Península Ibérica. La más importante es la del Sur
de España, después la zona de los Pirineos y después de esta la zona del NO y
más en concreto la confluencia de la provincia de León con Galicia. El Bierzo
situado justamente al SE de la zona de Sarria-Becerreá, ha sido epicentro de
numerosos terremotos de magnitud máxima 2. Esto antes del año 2002. Después
creo que la tónica ha sido la misma.
Estudios recientes de la
tectónica y la sismicidad en El Bierzo y su entorno señalan la persistencia de
unos esfuerzos tectónicos que actúan de NO a SE y que son de tipo compresivo,
es decir la parte septentrional del Bierzo está siendo empujada hacia el Sur y
viceversa. En última instancia lo que observamos es efecto del empuje de la
placa Africana sobre la Euroasiática. Aunque sus efectos lógicamente se dejan sentir
con mucha mayor evidencia en el Mediterráneo, por alguna razón que yo no tengo
clara, también se perciben en el NO de España. Esta situación da lugar a una
serie de fallas (cabalgamientos incluso) inversas, que discurren de poniente a
naciente y cuyos planos buzan al N en la parte septentrional y hacia el S en la
meridional. El resultado final es un acortamiento cortical, (9). En el norte de
Portugal se han citado ( Rueda J. y
Mezcúa J. 2001 ) movimientos de fallas de 0,02 mm/año, en base a datos de Días
y Cabral (1991). Es un movimiento muy inferior al que se registra en el Sur de
la Península Ibérica. Según este dato un
millón de años, (20 metros),es un tiempo claramente insuficiente para dar lugar a saltos de fallas como los
detectados en El Bierzo. Por ello opino
que la tasa de movimiento de al menos muchas de las fallas bercianas ha de ser
más bien de 0,2 mm/año.
Las fallas (saltos a veces
superiores a los 100 metros), que en muchos casos se han visto infinidad de
veces en las minas de carbón, suministran información, sobre el proceso de
formación de la Hoya Berciana y las características de esas fallas reflejan
asimismo el acortamiento cortical señalado.
La paleosismología es una rama
del conocimiento geológico que intenta analizar los movimientos sísmicos anteriores
al registro histórico y también al arqueológico, pero no se han realizado en El
Bierzo. Tampoco conozco estudio alguno
sobre simitas en la zona del Bierzo. Pero
pese a ello entiendo que es lógico señalar que en el último millón de años, han
sido frecuentes episodios sísmicos como el registrado en los últimos 50 años.
Es decir siempre sismicidad muy baja, pero suficiente para que desde el Mioceno
a la actualidad se haya formado el relieve actual del Bierzo y su entorno.
GEOMORFOLOGIA.TASAS DE EROSIÓN.
La geomorfología y según he señalado apunta
claramente a una evidente tendencia de los ríos Sil y Boeza a desplazarse al
Sur. Esta realidad muy evidente sobre planos topográficos, (figura 5) también
se confirma por la presencia de diminutos valles como los que existen entre San
Miguel de las Dueñas y San Román de Bembibre que desembocan en el río Boeza.
Tienen una marcada forma de V, pero incrustada en un fondo anterior del valle
que es muchísimo más suave. Yo interpreto esta situación, como resultado de la
reciente (más bien actual) basculación hacia el Sur de la plataforma por la que
discurren estos ríos.
Hay algunos puentes como los
de San Román de Bembibre y Molinaseca en
los que resulta evidente, que el primitivo trazado del cauce del río no era
coincidente con el actual. Por otra parte relatos históricos que yo he leído en
algunos casos y que en otros me ha facilitado el historiador local Manuel Olano
Pastor, (“río antiguo”) indican que los cauces actuales de algunos ríos
bercianos, han cambiado incluso en el transcurso de pocos siglos. Es decir
desde la época romana a la actualidad. Habría que analizar uno a uno cada caso,
para poder señalar datos numéricos concretos del desplazamiento de los ríos.
Las tasas de erosión medidas a
partir de los sedimentos que se acumulan en el embalse de Bárcena, indican que son arrastradas al embalse nada menos que
18 992 m3 por año en cada km2.
(Carrasco Pascual D. 2005). Esto supone que en cada hectárea serían 189,92 metros
cúbicos/año. Siguiendo este proceso de cálculo llegamos a la conclusión de que
en sólo un año, la erosión lograría rebajar el terreno en 0,1899 milímetros. En un milenio serían algo menos de 20 cm. y en
dos milenios no llegaría al medio metro. Como es un rebaje medio, en una
superficie de muchos kilómetros, en los cauces de los ríos ha de ser muchísimo
más alto. Roberto Matías Rodríguez, (10) ha estudiado las captaciones en el
cauce fluvial del río Cabrera, efectuadas por los romanos hace 20 siglos y en
sus análisis sobre el terreno llegó a la conclusión de que desde la época
romana a la actualidad en el cauce del río Cabrera y al menos en algunos tramos
se ha rebajado el terreno unos 4 metros. Es un dato coherente con lo
anteriormente señalado.
No obstante, (Carrasco Pascual
D. 2005), también señaló que las tasas de erosión medidas en El Bierzo oscilan entre 0 y 12 toneladas
por hectárea y año en el 80% del territorio. En el 20% restante oscilan entre
12 y 30. La media son 9 toneladas por hectárea y año. Si tenemos en cuenta que
los sedimentos del Terciario y Cuaternario se ubican en zonas no montañosas
podemos hacer un cálculo o una estimación de sólo 5 toneladas por hectárea y
año. Esto supondría un volumen de 2,5 metros cúbicos por hectárea y año.
Continuando el proceso de cálculo nos lleva a una tasa de rebaje del terreno de
sólo 0,25 milímetros en un año. Otro dato que también parece coherente. En 100.000 años sería 25 metros y en 200 000 años esos cerros testigos tan
espectaculares como el de Almázcara , se habrían formado. Es decir en el
Cuaternario. Trabajando con estas cifras y a modo orientativo yo estimo que en
un período de tiempo de sólo medio millón de años, es más que suficiente para
que todos los valles que hoy nos son conocidos se hayan formado. Si pudiésemos
ver imágenes del Bierzo de hace tan sólo medio millón de años, no seríamos
capaces de ubicar donde se hallan las actuales poblaciones del mismo.
Fig. 7.-El río Boeza profundamente encajado en el plutón
granítico de Ponferrada, conecta las cuencas de Bembibre y Ponferrada. Imagen:www.rutinasvarias.com. (2012/11/01). Senda
canteros de Ponferrada a San Miguel de las Dueñas.
Actualmente existen numerosos
datos y análisis matemáticos sobre tasas de erosión y geomorfología. La Ecuación
Universal de Pérdida de Suelos (Wischmeier-Smith ) es sólo un ejemplo. Existen
asimismo estudios sobre tasas de erosión medidas a lo largo de tiempos que
exceden con mucho el registro histórico, pero ninguno conozco referido al
Bierzo.
Si se tuviesen muchísimos más
datos (siempre matemáticos) sobre movimientos de fallas y sobre tasa de
erosión, se podría a partir de los mapas del terreno actuales (con sus curvas
de nivel), deducir como eran esos mapas hace por ejemplo medio millón de años,
es decir realizar mapas en proyección ortogonal del terreno de hace 500.000
años. Realizada esta operación se podría confeccionar una imagen de ese antiguo
terreno pero en proyección cónica, es decir lo que es por ejemplo una
fotografía cualquiera actual, pero que sería de un relieve que existió hace
medio millón de años. Esto es lo que yo pienso y que además, me confirma un
buen amigo y experto en estas cuestiones que es Rogelio Cerdeira Crespo. Se
trataría de aplicar técnicas que se conocen ya desde el siglo XIX
(fotogrametría).
Creo que es una tecnología, que se ha
utilizado en nuestros tiempos para proyectos de restauración de minería a cielo
abierto. En los mismos se nos presentan “fotografías” ( imágenes en proyección cónica) de formas del relieve,
que se calcula que serán realidad en el futuro si se ejecuta correctamente el
plan de restauración.
Fig. 8.- Croquis explicativo de la génesis de la Hoya
Berciana, desde el Terciario a la actualidad.
Conclusiones
Tras el Estefaniense, la
actividad tectónica en El Bierzo fue muy escasa. Sólo a partir de Terciario
(Orogenia Alpina) hay constancia de una serie de movimientos tectónicos, que
acabarán participando de modo importante en la actual geomorfología berciana.
A partir del Mioceno debió
existir, una actividad sísmica y moderada, la misma que aún continúa y que
junto a la erosión ha conformado y aún conforma la llamada Hoya Berciana. Esta
se caracteriza esencialmente porque en tiempos geológicos recientes, (Mioceno)
la que era una parte más de la Cuenca del Duero, se aisló y empezó a verter sus
aguas hacia lo que es Galicia.
Las zonas centrales y más
deprimidas del relieve están delimitadas por fallas y/o cabalgamientos, que a
grandes rasgos siguen una dirección de poniente a naciente. Las fallas son
inversas y sus planos buzan al norte en la parte septentrional y al sur en la
meridional. En consecuencia la actividad tectónica da lugar a un acortamiento
en dirección N-S de la parte más superficial de la corteza. La componente de
cizalla del esfuerzo tectónico (t )
provoca pequeños desplazamientos de las fallas citadas.
Dentro de la fosa tectónica
del Bierzo haya varias cuencas, conformadas en tiempos geológicos recientes. El
proceso de formación de la fosa tectónica sigue en marcha.
Es esencial señalar que a
pesar de conocer numerosos datos sobre este tema, queda pendiente una análisis matemático
de la actividad tectónica (movimientos de fallas ) y de las tasas de erosión,
para poder matizar y situar en orden cronológico todo el proceso de formación
de la actual fosa tectónica, que se ubica en lo que conocemos como El Bierzo.
Yo a pesar de analizar numerosa documentación, entiendo que hay todavía mucho
que investigar sobre este asunto.
NOTAS
y REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
NOTAS
1.- Entre 1820 y 1823 (Trienio
Liberal), las cortes de España, crearon la Provincia del Vierzo. Una de las
razones esgrimidas para ello fue su peculiar relieve, que daba lugar a una
especie de “provincia natural”.(Meléndez Tercero, R. 2021). En la zona del
Puerto de Manzanal, se aprecia muy bien (por la morfología del terreno) que El
Bierzo está hundido respecto al terreno ubicado justamente al este.
2.- Hay un libro titulado “Historia del Bierzo y Valdeorras” que recoge
esta idea. Aunque se publicó como un libro de historia, tiene graves
deficiencias. Una mezcla de historia y leyenda. Durante el Estefaniense si pudo
haber varias cuencas lacustres más o
menos extensas e interconectadas, de las que dan aún testimonio los potentes
niveles de conglomerados, ubicados en sus antiguos bordes que dan paso a
areniscas, pizarras(arcillas en su origen) y capas de carbón. Incluso hay
identificado algún nivel con fauna lacustre de edad Estefaniense, bastante
extenso. Pero El Bierzo actual es otro.
4.- Sobre este viejo mapa de la “Provincia del
Vierzo”, existen desde hace décadas muchas publicaciones. Algunas son mías.
5.- Recuerdo
incluso haber realizado algún informe al respecto, cuando trabajaba en la
explotación del carbón berciano.
6.- Se
halló en concreto a una distancia de 1 km al NO de la pedanía de Castropodame.
He intentado hallar más en ese paraje, pero la búsqueda ha resultado infructuosa.
Creo que debería hacer un análisis más profundo de este resto vegetal
fosilizado.
7.- El
Mapa Geológico de Bembibre. (Serie MAGNA). Hoja 159 así lo considera. No
obstante es un mapa que quizá hay que revisar y actualizar. Se realizó en 1972.
8.- Las
investigaciones realizadas para la exploración de la cuenca carbonífera, son
interesantes en este sentido ya que el Terciario a veces recubre a los terrenos
con capas de carbón.
9.-
Durante un tiempo en los estudios geológicos, no se reflejó nítidamente la
presencia de fallas inversas y algunos geólogos (yo mismo) opinaban que la fosa
tectónica berciana estaba delimitada al norte y sur por fallas directas. Hoy
está claro que no es así. Es decir se consideraba que había un “estiramiento”
de la corteza. En realidad es justo lo contrario.
10.- El
ingeniero de minas Roberto Matías Rodríguez, es autor de numerosos y
reconocidos estudios sobre la minería romana del oro. Aborda el tema desde el
punto de vista de la ingeniería. Sus medidas sobre la erosión a las que yo
aludo me las confirmó el mismo.
Referencias bibliográficas
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Paleosismología: una herramienta fundamental para el conocimiento de las fallas
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2.- CARRASCO PASCUAL, D. (Corporación para el
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3.-GARCÍA BLANCO, C. (Colectivo Cultural “La
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España.
10.- MARTÍNEZ GARCÍA, E.1980
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(Tectonophysics- 663).
15.- SLUITER, W.J et PANNEKOEK,
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intramontagneux dans le NW de l´Espagne. LEIDSE GEOLOGISCHE
MEDEDELINGEN.DI 30 1964, blz. 141-182. Univ. de Leiden (Holanda).
16.- SOCIEDAD GEOLÓGICA DE ESPAÑA. INSTITUTO
GEOLÓGICO Y MINERO DE ESPAÑA. 2004. GEOLOGIA de España. (Editor principal J.A.
Vera).
Además y como es obvio las hojas
geológicas de la serie MAGNA (escala 1/50 000) de la zona aportan datos de
interés sobre este tema.
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Madrid 29 de mayo de 2025 // Rogelio Meléndez Tercero