domingo, 7 de mayo de 2017

PRÓXIMA EXCURSIÓN DE INTERÉS GEOLÓGICO Y PATRIMONIAL A LAS MINAS, DIVINA PROVIDENCIA Y LA PROFUNDA, CÁRMENES, VILLANUEVA DE PONTEDO (LEÓN)




Visita las minas “Divina Providencia” y “La Profunda”

21 de mayo de 2017









Horario e itinerario


         El autobús saldrá de la Plaza Lazúrtegui de Ponferrada a las 8:00 de la mañana, y tendrá una segunda parada en la estación de autobuses de Bembibre a las 8:20. El viaje tendrá parada de 15 minutos en Servigordón, N-630 km 109, La Pola de Gordón, sin más paradas hasta Villanueva de Pontedo, con llegada prevista hacia las 11:00.
          Iniciaremos la marcha, de unos 3 km de ida, en el mismo pueblo de Villanueva de Pontedo, por pista de tierra que sale del pueblo en dirección Oeste. El recorrido discurre valle arriba durante casi 2 km, siguiendo las irregularidades de la ladera derecha del valle de Los Canales, hasta llegar a una bifurcación. En este punto, tomaremos por el valle de la izquierda, y ascenderemos por él durante 1 km, hasta llegar a las instalaciones de la Mina Divina Providencia. Estimamos este recorrido en aproximadamente 1 hora, siendo el desnivel acumulado de unos 300 m.

       Durante las siguientes dos horas, está prevista la visita guiada por D. Roberto Matías a instalaciones y escombreras. La comida se hará a partir de las 14:00 en las proximidades de la Mina.



·        Tramo rojo – Villanueva de Pontedo – Mina Divina Providencia. 2,8 km.
·        Tramo amarillo. Mina Divina Providencia – Collada de Cármenes 3 km.
·         Logo "Bus".  Puntos de abandono y regreso al autobús.

            Hacia las 14:30 horas se iniciarán las actividades de tarde:
·        Los que lo prefieran, podrán quedarse visitando las instalaciones y mina, o simplemente disfrutando de la tarde. Deberán iniciar el descenso por el mismo camino como muy tarde a las 16:45, de forma que puedan estar en Villanueva de Pontedo a las 17:45 para subir al autobús.

·        Aquellos que lo deseen, podrán iniciar el ascenso al cordal que separa las minas Divina Providencia y La Profunda, para así realizar una visita guiada, nuevamente por D. Roberto Matías, a las instalaciones y escombreras de esta última. El autobús recogerá a este grupo en el Collado de Cármenes a las 18:00, por lo que habrá unas 3,5 horas para efectuar un recorrido de unos 3 km, la visita e investigación. Este recorrido es un poco exigente en cuanto a forma física, siendo el desnivel a salvar de unos 400 m, por lo que cada uno deberá valorar su capacidad para realizarlo.

         La llegada a Bembibre está prevista a las 20:30, y a Ponferrada a las 21:00. Las paradas se harán en el lugar de origen.

         Estos horarios e itinerarios son orientativos pudiendo modificarse alguno de ellos dependiendo de las necesidades de la actividad.

La geología

       El Área Profunda-Providencia, se sitúan en la rama sur de la Zona Cantábrica, dentro de la Unidad de Pliegues y Mantos que constituye la parte más occidental de la Cadena Hercínica Ibérica, compuesta por materiales paleozoicos.

Villamaninita. Mina “Divina Providencia”.

       Ambos yacimientos, forman parte de una serie de depósitos de Cu-Ni-Co, repartidos por una franja de unos 60 km de longitud al norte de León, desde el río Esla a la altura de Riaño, hasta el Luna, a la altura de Robledo de Caldas.
En la Zona Cantábrica se caracteriza por una deformación epidérmica sin actividad metamórfica, en la que se distinguen dos grandes series estratigráficas:
·   Precarbonífera – Sedimentación de plataforma, manifestada por areniscas, pizarras, calizas y dolomías sedimentarias, que se adelgaza en dirección W-E.
·       Carbonífera – Calizas, lutitas, areniscas y capas de carbón.

Esta sucesión de materiales fue muy afectada por la Orogenia Hercínica en el periodo Carbonífero, produciéndose al principio un emplazamiento de mantos de despege y su posterior plegamiento. En un momento tardío de la Orogenia, se produce una intensa fracturación (fallas de León, Ventaniella, Porma, Sabero-Gordón y Valdehuesa), que, siguiendo dos direcciones de falla principales (E-W primaria, y NW-SE tardía) dio lugar a la ubicación de diversos cuerpos intrusivos de carácter ácido-basaltófilo en la zona este; así como a la alteración hidrotermal de extensas áreas en la zona oeste, que permitió la entrada de fluidos mineralizados que han dado lugar a numerosos indicios minerales de Cu, Fe, Co, U, Pb, Au, Zn, Ba, Hg, Sb, fluorita y talco, normalmente combinados entre sí. Posteriormente, la Orogenia Alpina, provocó la elevación del Bloque Cantábrico, conformando el relieve actual.

       Particularmente, el área Profunda-Providencia se caracteriza por una intensa dolomitización hidrotermal a gran escala de las calizas de montaña de las formaciones Valdeteja y Barcaliente, resaltando en el terreno por el cambio de color: del gris blanquecino al crema rojizo. A techo y muro de ambas formaciones, se asientan respectivamente las minas “Divina Providencia” y “La Profunda”. Se trata en ambos casos de yacimientos hidrotermales de temperatura media-baja, cuyo proceso de deposición ha tenido lugar a presión moderada por la reacción de fluidos ácidos de origen profundo con un medio alcalino. La aparición de nuevas fracturas y la renovación del proceso asociado a ellas, dan lugar a nuevas removilizaciones y aportaciones, llamadas pulsaciones. Tras el fin de la deposición hidrotermal, se han producido fenómenos de oxidación-reducción relacionados con aguas meteóricas, recirculando en sentido descendente los metales, enriqueciendo las menas inferiores y formando nuevos minerales en la parte superior, dando origen, en los lugares donde estos minerales afloran, a la formación de cortezas de óxidos e hidróxidos de hierro conocidas como gossan.


  La mineralización es similar en ambos yacimientos, y contiene principalmente Cu, Ni, Co, Ge, U, S, y As; acompañados en menor medida por Zn, Pb, Sn, V, Ag, Au, bi, Se, Cr, y Ge. Toda la paragénesis gira en torno a disulfuros complejos de Cu – Ni – Co – Fe (villamaninita y bravoíta), depositados en primer lugar; mientras que el resto de elementos se deben a pulsaciones posteriores.

El paisaje


       Ambas explotaciones se encuentran situadas en el entorno montañoso de la Montaña Central Leonesa, concretamente en sobre las vertientes norte y sur de la Sierra de Currilliles, con una altitud máxima cercana a los 2000 m. En ambos casos, el yacimiento se encuentra a gran altitud, sobre laderas, alcanzando las labores superiores cotas de casi 1500 m, lo que les da un aire especial de aislamiento y salvajismo. Las temperaturas van de templadas en primavera y verano, a frías en otoño e invierno; y es frecuente que la nieve cubra el paisaje durante varios meses.
El entorno de las explotaciones está declarado desde 2005 como Reserva de la Biosfera de Los Argüellos. El elemento dominante del paisaje es la roca. Blanca, gris o rojiza, la caliza predominante asoma en toda elevación o incluso valle, dibujando con sus pliegues y fallas caprichosas formas, que la vegetación tiñe de verde. Las sierras rocosas, crean de este a oeste escarpadas crestas, que son atacadas por ríos que discurren de norte a sur, creando profundos barrancos de aguas frías y bravas, salvados por vetustos puentes de piedra, de los llamados “romanos”. Son frecuentes además las dolinas, grietas, cuevas y lapiaces, típicas formaciones kársticas evidencia de la disolución de la roca causada por el agua en su constante devenir.
Paisaje típico de la zona. Prados de Cármenes. Foto Barbadillo.

 La vegetación está fuertemente antropizada por las labores agrícolas y especialmente ganaderas. No hay que olvidar el gran número de cañadas y cordales, que procedentes del sur de España, venían a morir, y aún lo hacen, en los puertos de la Cordillera Cantábrica. La huella del paso del ganado sigue siendo evidente por el gran número de pastizales de montaña que todavía subsisten, a pesar del denso matorral que poco a poco va recuperando el terreno ante el retroceso de la ganadería.
 En los valles predominan los prados, de diente o siega, separados por estrechas sebes y salpicados de chopos y sauces; en las laderas, prolifera además el matorral, sobre todo escobas y otras leguminosas. Menos habituales, aunque muy presentes, son las masas boscosas. En los fondos de valle, los bosques de galería dominados por chopos del país, sauces y humeras, tienen una presencia generalizada a lo largo de los cauces de ríos y arroyo; mientras que en las laderas, los robledales de las cotas más bajas, dan lugar pequeños hayedos y abedulares a cotas más elevadas. Es de destacar, al sureste, la presencia de un sabinar relicto en el término de Crémenes.

         En cuanto a la fauna, es variada y propia de la Cordillera Cantábrica. Entre los mamíferos, además de los habituales, corzos, lobos, ciervos y jabalíes, son representativos el oso pardo y la liebre de piornal o de Castroviejo. Además, y debido a la elevada cantidad de oquedades y refugios, en el área es posible encontrar 15 de las 26 especies de murciélagos peninsulares. En cuanto a las aves, además de la habitual colección de rapaces y paseriformes cantábricos, es destacable la presencia de perdiz pardilla. Pese a todo, la especie que más fama da a estos parajes, es la trucha, poseyendo estos ríos algunos de los mejores cotos trucheros de la provincia.


Historia de las minas

           
          El aprovechamiento metalúrgico en esta zona se inició en el Calcolítico, hacia el 3500 a. C., y se prolongó, con paradas, hasta hace unos 50 años. Prueba de esta antigüedad, son las herramientas encontradas al inicio de las prospecciones en el s. XIX, consistentes en varios utensilios de cobre fundido, mazos de piedra, y huesos de ciervo tallados; de las cuales, todavía se conservan algunas en el Museo Arqueológico Provincial de León. Este tipo de herramientas, es consecuente con el método de explotación atribuido a esta época, consistente en el empleo de fuego y agua alternativamente para resquebrajar la roca encajante, y el empleo de mazos y cuñas para separar los bloques. Tras esta extracción, se molía la roca para separar la dolomía del mineral, que podía ir destinado tanto al uso puramente metalúrgico, como a la elaboración de colorantes.
          No existen pruebas directas de la explotación romana de estos yacimientos, aunque hay autores que afirman este hecho (Díez, 1986); basándose tanto en la abundancia de restos de infraestructuras en la zona, sobre todo calzadas, como en la proverbial hambre romana por la explotación de yacimientos minerales a lo largo de sus provincias. El gran número de yacimientos metálicos existente en esta zona; hierro en Villamanín, Plomo en Velilla de la Tercia, mercurio y arsénico en Cármenes…, da idea de la riqueza mineral de la zona y el potencial minero que debía significar.

         La primera denuncia moderna de mina “La Profunda” data del 7 de julio de 1860, y se haya inscrita a nombre de D. Juan Madrazo de la Torre por un precio de 300 reales. Esta denuncia abarcaba un total de 12 ha alrededor de las labores antiguas existentes, 100 m al norte y al sur, y 300 m a este y a oeste. Al parecer, ya por aquel entonces existían los testaferros, y tan sólo un año después la mina fue cedida a D. Julián García Rivas, por encargo del cual se había registrado la mina.
           La importancia del yacimiento no quedó patente hasta 1870, cuando se encontró un conjunto de bolsadas de 20 x 25 m de sección y que llegó a 180 m de profundidad cuando cesaron las labores 20 años más tarde. Este hallazgo, produjo un aluvión de denuncias mineras en las proximidades, aunque sólo una de ellas dio resultados positivos; la mina “Divina Providencia”.

        En 1883, la propiedad pasa a manos de D. Ruperto Sanz Longa, siendo la primera labor realizada, la construcción de un transversal que corta la bolsada de mineral 100 m más abajo de su afloramiento más alto. Tras éste, y durante los siguientes 7 años, que definen el periodo más productivo, se realizaron 2 transversales más, a cotas, 64 y 124 m más bajas respectivamente, paralizándose la extracción cuando el último transversal, de 518 m de longitud, llegase a cortar ninguna bolsada.

Instalaciones “Divina Providencia”
          Hasta el momento de su cierre, se habían extraído unas 20000 tm de mineral, sobre todo bornita, sulfoarseniuros de cobalto y niquel, y cobre nativo en la última fase de extracción. Prácticamente todo el mineral fue exportado a Inglaterra y Alemania para su tratamiento.
         En la mina “Divina Providencia”, cuyas labores de investigación y preparación se habían iniciado durante el apogeo de la explotación en “La Profunda”, se prolongaron hasta 1914, extrayendo unas 50000 tm de materiales de las cuales fueron aprovechables unas 10000 tm. En este caso, las mineralizaciones comprendían fundamentalmente calcopirita, bornita, bravoíta, y la entonces desconocida, villamaninita. Dada la compleja mineralización, y la dificultad de separar la mena de la matriz, hubo que realizar un estudio mineralógico específico, que tuvo como consecuencia la instalación en boca de mina, de una planta de separación por gravedad y varios hornos. Pese a ello, el escaso éxito del sistema de refino, provocó el cierre de la explotación en 1927.
          En la década de 1930, se iniciaron trabajos para la reapertura de “La Profunda”, pero con el objetivo de aprovechar el cobalto presente en las escombreras. El mineral se cargaba en saquetes de 50 kg, y se transportaba para su fundición a Lugones, Asturias. Las primeras actuaciones, muy productivas, se tradujeron en la construcción de una fundición en Villamanín, que cerraría dos años más tarde tras hacerse evidente que los cálculos relativos a la cantidad y calidad del cobalto presente en las escombreras había sido excesivamente optimista.

          Durante la guerra civil, y siendo esta zona un frente activo de guerra, quedan destruidas todas las instalaciones mineras, y no es hasta 1952, que se da un nuevo intento de reabrir “La Profunda”, de la mano de D. Jose María Garoña Esplugues. Tras una serie de dificultades para sostener las labores, y tras una avenida de loco que deja sepultado el material, la mina queda definitivamente abandonada, caducando la concesión en 1965 por falta de pago del canon.

Bocamina “La Divina Providencia”.
          En la “Divina Providencia”, hubo un último intento de explotación a finales de los 50, por cuenta de la empresa “Electrólisis del Cobre S.A.”, que mantenía explotaciones activas en Palencia. Se planifica y se comienza la ejecución de una galería de drenaje cincuenta metros por debajo de las labores anteriores, con las que debía comunicarse mediante pozos verticales. Se realizó además un nuevo estudio para la separación de las menas por flotación, con una recuperación del rendimiento de hasta el 70 %. Pese a esto, y tras comprobar mediante sondeos desde la galería de drenaje, que el yacimiento era muy irregular, no se realiza la conexión mediante pozos verticales y se abandonan definitivamente los trabajos en 1963.
          En 1982, para mantener vigente la concesión, se proyectan nuevos estudios de rentabilidad, que permanecen sin realizar, y en 1993, queda de manifiesto el interés de alguna compañía minera canadiense por las reservas de cobalto de “La Profunda”, sin que se haya realizado ningún trabajo en relación con ello. Desde entonces, la minería metálica en esta zona permanece inactiva.

Actualmente, y a causa de la mala calidad del macizo rocoso, sólo permanece accesible el nivel superior de “La Profunda”, conocido como “La Cuevona”, originado por derrumbe de las bóvedas originadas por el sistema de explotación por bolsadas. En la “Divina Providencia”, la boca de acceso al nivel principal se encuentra cerrada por el corrimiento de materiales de la escombrera superior, aunque la dolomía estructural presenta buena solidez, por lo que las labores interiores están bien conservadas, si bien, por la estructura de la explotación, para acceder a ellas es necesario el uso de técnicas de espeleología.
        El conocimiento actual de la geología y mineralogía del yacimiento está bastante avanzado, debido a los estudios al respecto realizados por A. Paniagua, del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, y Roberto Matías, del Departamento de Ingeniería Minera de la Universidad de León, al cual agradecemos encarecidamente su constante ayuda y colaboración en diversas actividades de la Asociación, y en cuyo trabajo está basado el presente folleto.

Así son las cosas y así se las hemos contado


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