Horario e itinerario
El autobús saldrá de la Plaza Lazúrtegui de Ponferrada a las 8:00 de la mañana, y tendrá una segunda parada en la estación de autobuses de Bembibre a las 8:20. El viaje tendrá parada de 15 minutos en Servigordón, N-630 km 109, La Pola de Gordón, sin más paradas hasta Villanueva de Pontedo, con llegada prevista hacia las 11:00.
Iniciaremos la marcha, de unos 3 km de ida, en el mismo
pueblo de Villanueva de Pontedo, por pista de tierra que sale del pueblo en
dirección Oeste. El recorrido discurre valle arriba durante casi 2 km, siguiendo
las irregularidades de la ladera derecha del valle de Los Canales, hasta llegar
a una bifurcación. En este punto, tomaremos por el valle de la izquierda, y
ascenderemos por él durante 1 km, hasta llegar a las instalaciones de la Mina
Divina Providencia. Estimamos este recorrido en aproximadamente 1 hora, siendo
el desnivel acumulado de unos 300 m.
Durante las siguientes dos horas, está prevista la visita guiada
por D. Roberto Matías a instalaciones y escombreras. La comida se hará a partir de las 14:00 en las proximidades de la
Mina.
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Tramo rojo – Villanueva
de Pontedo – Mina Divina Providencia. 2,8 km.
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Tramo amarillo.
Mina Divina Providencia – Collada de Cármenes 3 km.
· Logo "Bus". Puntos de abandono y
regreso al autobús.
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Hacia las 14:30 horas se iniciarán las actividades de tarde:
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Los que lo prefieran, podrán quedarse visitando las instalaciones y mina, o simplemente disfrutando de la tarde. Deberán iniciar el descenso
por el mismo camino como muy tarde a las 16:45, de forma que puedan estar en
Villanueva de Pontedo a las 17:45 para subir al autobús.
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Aquellos que lo deseen, podrán iniciar el
ascenso al cordal que separa las minas Divina Providencia y La Profunda, para
así realizar una visita guiada, nuevamente por D. Roberto Matías, a las
instalaciones y escombreras de esta última. El autobús recogerá a este grupo en
el Collado de Cármenes a las 18:00, por lo que habrá unas 3,5 horas para
efectuar un recorrido de unos 3 km, la visita e investigación. Este
recorrido es un poco exigente en cuanto a forma física, siendo el desnivel a
salvar de unos 400 m, por lo que cada uno deberá valorar su capacidad para
realizarlo.
La llegada a Bembibre está prevista a las 20:30, y a Ponferrada
a las 21:00. Las paradas se harán en el lugar de origen.
Estos horarios e itinerarios son orientativos pudiendo
modificarse alguno de ellos dependiendo de las necesidades de la actividad.
La geología
El Área Profunda-Providencia, se sitúan en la rama sur de la Zona Cantábrica, dentro de la Unidad de Pliegues y Mantos que constituye la parte más occidental de la Cadena Hercínica Ibérica, compuesta por materiales paleozoicos.
Villamaninita. Mina “Divina Providencia”. |
Ambos yacimientos, forman parte de una serie de depósitos de Cu-Ni-Co, repartidos por una franja de unos 60 km de longitud al norte de León, desde el río Esla a la altura de Riaño, hasta el Luna, a la altura de Robledo de Caldas.
En la Zona Cantábrica se
caracteriza por una deformación epidérmica sin actividad metamórfica, en la que
se distinguen dos grandes series estratigráficas:
· Precarbonífera – Sedimentación de plataforma,
manifestada por areniscas, pizarras, calizas y dolomías sedimentarias, que se
adelgaza en dirección W-E.
· Carbonífera – Calizas, lutitas, areniscas y
capas de carbón.
Esta sucesión de materiales fue
muy afectada por la Orogenia Hercínica en el periodo Carbonífero, produciéndose
al principio un emplazamiento de mantos de despege y su posterior plegamiento.
En un momento tardío de la Orogenia, se produce una intensa fracturación
(fallas de León, Ventaniella, Porma, Sabero-Gordón y Valdehuesa), que,
siguiendo dos direcciones de falla principales (E-W primaria, y NW-SE tardía) dio
lugar a la ubicación de diversos cuerpos intrusivos de carácter
ácido-basaltófilo en la zona este; así como a la alteración hidrotermal de
extensas áreas en la zona oeste, que permitió la entrada de fluidos
mineralizados que han dado lugar a numerosos indicios minerales de Cu, Fe, Co,
U, Pb, Au, Zn, Ba, Hg, Sb, fluorita y talco, normalmente combinados entre sí.
Posteriormente, la Orogenia Alpina, provocó la elevación del Bloque Cantábrico,
conformando el relieve actual.
Particularmente, el área
Profunda-Providencia se caracteriza por una intensa dolomitización hidrotermal
a gran escala de las calizas de montaña de las formaciones Valdeteja y
Barcaliente, resaltando en el terreno por el cambio de color: del gris
blanquecino al crema rojizo. A techo y muro de ambas formaciones, se asientan
respectivamente las minas “Divina Providencia” y “La Profunda”. Se trata en
ambos casos de yacimientos hidrotermales de temperatura media-baja, cuyo
proceso de deposición ha tenido lugar a presión moderada por la reacción de
fluidos ácidos de origen profundo con un medio alcalino. La aparición de nuevas
fracturas y la renovación del proceso asociado a ellas, dan lugar a nuevas
removilizaciones y aportaciones, llamadas pulsaciones. Tras el fin de la
deposición hidrotermal, se han producido fenómenos de oxidación-reducción
relacionados con aguas meteóricas, recirculando en sentido descendente los
metales, enriqueciendo las menas inferiores y formando nuevos minerales en la
parte superior, dando origen, en los lugares donde estos minerales afloran, a
la formación de cortezas de óxidos e hidróxidos de hierro conocidas como
gossan.
El paisaje
Ambas explotaciones se encuentran situadas en el entorno montañoso de la Montaña Central Leonesa, concretamente en sobre las vertientes norte y sur de la Sierra de Currilliles, con una altitud máxima cercana a los 2000 m. En ambos casos, el yacimiento se encuentra a gran altitud, sobre laderas, alcanzando las labores superiores cotas de casi 1500 m, lo que les da un aire especial de aislamiento y salvajismo. Las temperaturas van de templadas en primavera y verano, a frías en otoño e invierno; y es frecuente que la nieve cubra el paisaje durante varios meses.
El entorno de las explotaciones
está declarado desde 2005 como Reserva de la Biosfera de Los Argüellos. El
elemento dominante del paisaje es la roca. Blanca, gris o rojiza, la caliza
predominante asoma en toda elevación o incluso valle, dibujando con sus
pliegues y fallas caprichosas formas, que la vegetación tiñe de verde. Las
sierras rocosas, crean de este a oeste escarpadas crestas, que son atacadas por
ríos que discurren de norte a sur, creando profundos barrancos de aguas frías y
bravas, salvados por vetustos puentes de piedra, de los llamados “romanos”. Son
frecuentes además las dolinas, grietas, cuevas y lapiaces, típicas formaciones
kársticas evidencia de la disolución de la roca causada por el agua en su constante
devenir.
Paisaje típico de la zona. Prados de Cármenes. Foto Barbadillo. |
La vegetación está fuertemente antropizada por las labores agrícolas y especialmente ganaderas. No hay que olvidar el gran número de cañadas y cordales, que procedentes del sur de España, venían a morir, y aún lo hacen, en los puertos de la Cordillera Cantábrica. La huella del paso del ganado sigue siendo evidente por el gran número de pastizales de montaña que todavía subsisten, a pesar del denso matorral que poco a poco va recuperando el terreno ante el retroceso de la ganadería.
En los valles predominan los
prados, de diente o siega, separados por estrechas sebes y salpicados de chopos
y sauces; en las laderas, prolifera además el matorral, sobre todo escobas y
otras leguminosas. Menos habituales, aunque muy presentes, son las masas
boscosas. En los fondos de valle, los bosques de galería dominados por chopos
del país, sauces y humeras, tienen una presencia generalizada a lo largo de los
cauces de ríos y arroyo; mientras que en las laderas, los robledales de las
cotas más bajas, dan lugar pequeños hayedos y abedulares a cotas más elevadas.
Es de destacar, al sureste, la presencia de un sabinar relicto en el término de
Crémenes.
En cuanto a la fauna, es variada
y propia de la Cordillera Cantábrica. Entre los mamíferos, además de los
habituales, corzos, lobos, ciervos y jabalíes, son representativos el oso pardo
y la liebre de piornal o de Castroviejo. Además, y debido a la elevada cantidad
de oquedades y refugios, en el área es posible encontrar 15 de las 26 especies
de murciélagos peninsulares. En cuanto a las aves, además de la habitual colección de
rapaces y paseriformes cantábricos, es destacable la presencia de perdiz
pardilla. Pese a todo, la especie que más fama da a estos parajes, es la
trucha, poseyendo estos ríos algunos de los mejores cotos trucheros de la provincia.
Historia de las minas
El aprovechamiento metalúrgico en esta zona se inició en el
Calcolítico, hacia el 3500 a. C., y se prolongó, con paradas, hasta hace unos
50 años. Prueba de esta antigüedad, son las herramientas encontradas al inicio
de las prospecciones en el s. XIX, consistentes en varios utensilios de cobre
fundido, mazos de piedra, y huesos de ciervo tallados; de las cuales, todavía
se conservan algunas en el Museo Arqueológico Provincial de León. Este tipo de
herramientas, es consecuente con el método de explotación atribuido a esta
época, consistente en el empleo de fuego y agua alternativamente para
resquebrajar la roca encajante, y el empleo de mazos y cuñas para separar los
bloques. Tras esta extracción, se molía la roca para separar la dolomía del
mineral, que podía ir destinado tanto al uso puramente metalúrgico, como a la
elaboración de colorantes.
No existen pruebas directas de la explotación romana de
estos yacimientos, aunque hay autores que afirman este hecho (Díez, 1986); basándose
tanto en la abundancia de restos de infraestructuras en la zona, sobre todo
calzadas, como en la proverbial hambre romana por la explotación de yacimientos
minerales a lo largo de sus provincias. El gran número de yacimientos metálicos
existente en esta zona; hierro en Villamanín, Plomo en Velilla de la Tercia,
mercurio y arsénico en Cármenes…, da idea de la riqueza mineral de la zona y el
potencial minero que debía significar.
La primera denuncia moderna de mina “La Profunda” data del 7
de julio de 1860, y se haya inscrita a nombre de D. Juan Madrazo de la Torre
por un precio de 300 reales. Esta denuncia abarcaba un total de 12 ha alrededor
de las labores antiguas existentes, 100 m al norte y al sur, y 300 m a este y a
oeste. Al parecer, ya por aquel entonces existían los testaferros, y tan sólo
un año después la mina fue cedida a D. Julián García Rivas, por encargo del
cual se había registrado la mina.
La importancia del yacimiento no quedó patente hasta 1870,
cuando se encontró un conjunto de bolsadas de 20 x 25 m de sección y que llegó a
180 m de profundidad cuando cesaron las labores 20 años más tarde. Este
hallazgo, produjo un aluvión de denuncias mineras en las proximidades, aunque
sólo una de ellas dio resultados positivos; la mina “Divina Providencia”.
En 1883, la propiedad pasa a manos de D. Ruperto Sanz Longa,
siendo la primera labor realizada, la construcción de un transversal que corta
la bolsada de mineral 100 m más abajo de su afloramiento más alto. Tras éste, y
durante los siguientes 7 años, que definen el periodo más productivo, se
realizaron 2 transversales más, a cotas, 64 y 124 m más bajas respectivamente,
paralizándose la extracción cuando el último transversal, de 518 m de longitud,
llegase a cortar ninguna bolsada.
Instalaciones “Divina Providencia” |
Hasta el momento de su cierre, se habían extraído unas 20000 tm de mineral, sobre todo bornita, sulfoarseniuros de cobalto y niquel, y cobre nativo en la última fase de extracción. Prácticamente todo el mineral fue exportado a Inglaterra y Alemania para su tratamiento.
En la mina “Divina Providencia”, cuyas labores de
investigación y preparación se habían iniciado durante el apogeo de la
explotación en “La Profunda”, se prolongaron hasta 1914, extrayendo unas 50000
tm de materiales de las cuales fueron aprovechables unas 10000 tm. En este
caso, las mineralizaciones comprendían fundamentalmente calcopirita, bornita,
bravoíta, y la entonces desconocida, villamaninita. Dada la compleja
mineralización, y la dificultad de separar la mena de la matriz, hubo que
realizar un estudio mineralógico específico, que tuvo como consecuencia la
instalación en boca de mina, de una planta de separación por gravedad y varios
hornos. Pese a ello, el escaso éxito del sistema de refino, provocó el cierre
de la explotación en 1927.
En la década de 1930, se iniciaron trabajos para la
reapertura de “La Profunda”, pero con el objetivo de aprovechar el cobalto
presente en las escombreras. El mineral se cargaba en saquetes de 50 kg, y se
transportaba para su fundición a Lugones, Asturias. Las primeras actuaciones,
muy productivas, se tradujeron en la construcción de una fundición en
Villamanín, que cerraría dos años más tarde tras hacerse evidente que los
cálculos relativos a la cantidad y calidad del cobalto presente en las
escombreras había sido excesivamente optimista.
Durante la guerra civil, y siendo esta zona un frente activo
de guerra, quedan destruidas todas las instalaciones mineras, y no es hasta
1952, que se da un nuevo intento de reabrir “La Profunda”, de la mano de D.
Jose María Garoña Esplugues. Tras una serie de dificultades para sostener las
labores, y tras una avenida de loco que deja sepultado el material, la mina
queda definitivamente abandonada, caducando la concesión en 1965 por falta de pago
del canon.
Bocamina “La Divina Providencia”. |
En la “Divina Providencia”, hubo un último intento de
explotación a finales de los 50, por cuenta de la empresa “Electrólisis del
Cobre S.A.”, que mantenía explotaciones activas en Palencia. Se planifica y se
comienza la ejecución de una galería de drenaje cincuenta metros por debajo de
las labores anteriores, con las que debía comunicarse mediante pozos verticales.
Se realizó además un nuevo estudio para la separación de las menas por
flotación, con una recuperación del rendimiento de hasta el 70 %. Pese a esto,
y tras comprobar mediante sondeos desde la galería de drenaje, que el
yacimiento era muy irregular, no se realiza la conexión mediante pozos
verticales y se abandonan definitivamente los trabajos en 1963.
En 1982, para mantener vigente la concesión, se proyectan
nuevos estudios de rentabilidad, que permanecen sin realizar, y en 1993, queda
de manifiesto el interés de alguna compañía minera canadiense por las reservas
de cobalto de “La Profunda”, sin que se haya realizado ningún trabajo en
relación con ello. Desde entonces, la minería metálica en esta zona permanece
inactiva.
Actualmente, y a causa de la mala calidad del macizo rocoso,
sólo permanece accesible el nivel superior de “La Profunda”, conocido como “La
Cuevona”, originado por derrumbe de las bóvedas originadas por el sistema de
explotación por bolsadas. En la “Divina Providencia”, la boca de acceso al
nivel principal se encuentra cerrada por el corrimiento de materiales de la
escombrera superior, aunque la dolomía estructural presenta buena solidez, por
lo que las labores interiores están bien conservadas, si bien, por la
estructura de la explotación, para acceder a ellas es necesario el uso de
técnicas de espeleología.
El conocimiento actual de la geología y mineralogía del
yacimiento está bastante avanzado, debido a los estudios al respecto realizados
por A. Paniagua, del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, y
Roberto Matías, del Departamento de Ingeniería Minera de la Universidad de León,
al cual agradecemos encarecidamente su constante ayuda y colaboración en
diversas actividades de la Asociación, y en cuyo trabajo está basado el
presente folleto.
Así son las cosas y así se las hemos contado
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