martes, 28 de mayo de 2019

EXCURSIÓN DE INTERÉS GEOLÓGICO Y PATRIMONIAL, COLABORA DIPUTACIÓN, MINA ESCARLATI, MINA SAN ANDRÉS, LEÓN


Llegada al puerto de  Las Señales e inicio de la subida a la mina Escarlati

COLABORA: DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE LEÓN
Ponferrada-Bembibre-Puebla de Lillo-Puerto de las Señales-Mina Escarlati-Mina San Andrés.
12/Mayo/2019

  Con un cielo azulado y una luminosidad extraordinaria se inició la jornada. A las ocho en punto desde Ponferrada y con primer destino Bembibre, formamos el grupo completo, dispuestos a disfrutar de la actividad propuesta y organizada por la Asociación Mineralógica Aragonito Azul.
Se echaron de menos algunas caras y sobremanera, por qué no decirlo, la del presidente; su falta estaba más que justificada y seguro que la del resto también. Pero es innegable que el hecho de no contar con su pasión, energía y liderazgo,  dejó un vacío extraño y un poso de tristeza.

   El siguiente destino sería Puebla de Lillo por su proximidad a las Minas Escarlati y San Andrés.
Puebla de Lillo está situado al norte del Reino de León y es prácticamente límite con el Principado de  Asturias. Está compuesto por las localidades de Camposolillo, Caseríos de San Isidro, Cofiñal, Isoba, Redipollos, San Cibrian, Solle y el propio Puebla de Lillo.

Embalse del Porma

  El autobús de la Diputación de León nos introdujo en la montaña por el valle del río Porma. Pasamos por el embalse del mismo nombre, rodeándolo. Se empezó a construir en 1961 y comenzó a acumular agua en 1969. Vimos el poblado abandonado y próximo a inundarse de Camposolillo en la cola del pantano, motivo por el que fue expropiado a sus propietarios.

  Llegamos a Puebla de Lillo. La vista se dirige a su Torreón, símbolo junto con la ermita de Las Nieves de la localidad. Está totalmente restaurado y ha sido habilitado como Centro de Interpretación de la Naturaleza. Estiramos las piernas y compartimos café y amigable charla. Allí nos esperaba nuestro guía para la actividad, cordial y sonriente, Roberto Matías: incondicional colaborador de Aragonito Azul, ingeniero de minas e investigador, pero sobre todo un enamorado de la minería en la más amplia acepción de la palabra.

  Nos preparamos para acometer la subida al Puerto de las Señales, uno de los puntos más elevados de la cordillera cantábrica que alcanza una cota máxima de 1625 m y discurre junto al espacio protegido del parque nacional de Picos de Europa.

Puerto de Las Señales, Maraña, León

Laguna de Valdecarrín, dirección mina Escarlati

   Desde esa ubicación a poco más de un kilómetro a pie, nos reunió Roberto Matías frente a la MINA ESCARLATI para explicarnos y ofrecernos sus conocimientos acerca de la explotación. Nos embelesó: el grupo se quedó en silencio para no perder detalle; nos acunó con su verbo fácil y cálido, con su pulcritud técnica y sus detalles. En todo caso, Roberto Matías, merecería un artículo aparte.

Al fondo escombreras y mina Escarlati

                  Roberto Matías dando las explicaciones oportunas.
Bocamina, nivel inferior

     Mina Escarlati, para proseguir, se trata de una  Mina de Mercurio enclavada en el Puerto de las Señales, municipio de Maraña. Su época de mayor actividad fue entre 1969 y 1972.
Allí han aparecido grandes ejemplares de cinabrio cristalizado. El cinabrio está compuesto por un  85% mercurio y 15% azufre. En su interior e incluso en la escombrera, abundan calcitas blancas destacando este mineral rojo púrpura.
    


  Se dice que se llama Mina ESCARLATI por el color escarlata de los cristales de cinabrio. Personalmente me gusta denominar al mercurio como plata líquida. Sus aplicaciones son variopintas: termómetros, manómetros, válvulas, fluorescentes, etc.  Nos contaba Roberto que antiguamente era recomendado para curar fracturas o heridas como antiséptico y que actualmente sus compuestos están en desuso en medicina debido a que sus efectos tóxicos son mejor conocidos.

Cinabrio

     


 En fin, tras la experiencia y con algún recuerdo de “cinabrio” en los bolsillos, regresamos hacia el autocar para decidir sobre la próxima visita.







María Isabel, valiente y minera


Cargadero



Fotos para el recuerdo



Gonzalo, Fernando, Javier y Ana

Plano inclinado inundado mina Escarlati
Complejo minero Mina San Andrés, Puebla de Lillo, León

    Durante el camino y cuando observaba alrededor, fijando la mirada en estas montañas, percibí su quietud, su silencio, el espacio vacío y limpio que permitía percibir sus espíritus. Fueron sensaciones. Nunca se olvidan.

   El tiempo había transcurrido rápido. Era prácticamente la hora de comer. No fuimos conscientes. Los responsables decidieron eliminar la visita al Lago Isoba y la aproximación caminando hasta la mina San Andrés por la opción de buscar ubicación para comer y enlazar con la visita a la misma dentro del horario previsto.

Andando se hace camino


     




     MINA SAN ANDRÉS: Se trata de una mina de talco. Ubicada por encima de Puebla de Lillo en la carretera que sube por la vertiente leonesa al Puerto de San Isidro. Se inició su explotación en 1920 y finalizaron las labores en 1992 por aquello de la escasa rentabilidad. Durante años la explotó la Sociedad Española de Talcos. Por todos lados se pueden encontrar piedras de talco que destacan por su endeblez. 












              Galerías  de mina San Andrés

Bifurcación de dos galerías

LA MINA:

     Los talcos de esta zona, se formaron durante el Mesozoico, por metasomatismo hidrotermal asociado a las etapas distensivas tardihercínicas del Pérmico. Durante las mimas, la existencia de accidentes tectónicos como varias fallas de desgarre y un cabalgamiento, favoreció la circulación de fluidos hidrotermales que en suma, fueron los responsables de la talquización de cuarcitas y dolomías. Morfológicamente el yacimiento se encuentra en una semicubeta sinclinal muy compleja de dirección NNO-SSE, atravesada por la falla de Cofiñal E-O. En la parte central de la semicubeta, se encuentra un núcleo de caliza de montaña, rodeado por la formación Alba y la cuarcita de Barrios. 

   Son precisamente asociados a esta caliza de montaña donde se encuentran los talcos de mayor calidad, con espesores de hasta 50 m. Desde la misma y hacia el este, se encuentran masas de talco explotables de hasta 40 m de potencia, siguiendo el plano de cabalgamiento que separa las calcitas ordovícicas de los materiales carboníferos. Los inicios de la extracción de talco en estos parajes se remontan a los años 20 del siglo pasado. Es en éstas fechas cuando la Sociedad Española del Talco pone en funcionamiento la Mina San Andrés, y compra a la Hullera Vasco-Leonesa la ahora emblemática factoría para el tratamiento del talco sita en Boñar, que en sus orígenes fue planta de elaboración de azúcares.

Impresionante cambio con tres ramales de galerías


  

   De colores blancos a grises azulados y algún extraño verde. Se rayan con facilidad con las uñas y dejan las manos suaves al frotarse como se empeñaban en demostrar mis compañeros de viaje. En cualquier caso se utiliza en diversas aplicaciones industriales: lacas, pinturas, cerámicas, aditivo en plásticos y es básico en cosmética y farmacia




    Otros cuántos recuerdos en forma de “piedras de talco” en las mochilas nos obligaron a iniciar el descenso, donde permanece intacta la rampa de cemento empleada para bascular el mineral y cargarlo en el nivel inferior, hacia las instalaciones abandonadas del hotel y restaurante “La Mina”, donde esperaba el autobús para nuestro regreso. Ya acomodados me dio por consultar en internet sobre aquel  lugar y encontré una bonita historia que resumiré a continuación:

 Se dice que las mujeres de estos parajes sacaron adelante sus familias trabajando en la explotación de talco. Caminaban kilómetros desde sus respectivos lugares, trabajaban ocho horas y aún atendían ganado y familia a su regreso. Mineras obligadas por la falta de hombres y la necesidad de alimentar a sus familias. Minería tiznada de blanco. Fueron los estertores de la guerra civil y los difíciles años posteriores.
En los años 50 esas mujeres cobraban 6,50 pesetas al día por 8 horas de trabajo más otras 100 horas a mayores al mes. A estas mujeres se las conoce como “La Patrulla del Talco”.

Fernando y Adrián




















Los más pequeños disfrutando de la jornada

   Con la mente ocupada intentando imaginar aquellas duras vidas y los ojos perdidos en la belleza del entorno, arrancó el autobús de vuelta.

   El Bierzo nos esperaba,  acogedor,  tras una intensa jornada de novedades enriquecedoras que nos proporcionó a todos, sin duda, una magnífica experiencia.

Gracias a la  Asociación Mineralógica Aragonito Azul. Gracias a Roberto Matías. Gracias al grupo.

J. Sánchez Sereno


Así son las cosas y así se las hemos contado.

jueves, 23 de mayo de 2019

TALLER DE CAMPO Y CONVIVENCIA, COLEGIO VIRGEN DE LA PEÑA, BEMBIBRE, LEÓN.

Taller de campo y día de convivencia Colegio Concertado Virgen de la Peña, Bembibre, León
     Más de 130  asistentes entre alumnos, profesores y miembros de la Asociación Mineralógica Aragonito Azul  son los que han acudido a Santa Marina de Torre en un día de convivencia en el cual estaba programado un taller de campo sobre el carbón, sus fósiles, variedad y su formación.

    Otro fantástico día para Aragonito Azul que ha disfrutado con este centro escolar, agradecemos  y elogiamos su comportamiento y también que contasen con nosotros para estas actividades, gracias Virgen de la Peña y gracias a todos sus profesores en especial a su profesora "Pepi"

 
Juan iniciando la actividad de presentación geología local y fósiles del carbonífero
     En esta jornada también estaba incluida una actividad de plantación de árboles en la cual hemos colaborado, también ha colaborado el Vivero de la Ciuden  de Pobladura de las Regueras con la donación de plantas de diversas especies.
   
Los Petroglifos también estuvieron presentes en la jornada
    Durante el trayecto hacia la mina Boisan se ha realizado una parada técnica donde uno de sus profesores ha enseñado unos Petroglifos que se encuentran en esta localidad  y de los cuales ya hemos hablado en otra ocasión, también se les enseño un yacimiento aurífero cercano y del cual se dipodia ver los vestigios de los trabajos de extracción del oro.
Parada para reagruparse

      A la llegada a mina Boisan, miembros de Aragonito Azul dan explicaciones de como es la geología local y sobre la formación de la flora del carbonífero y la variedad de fósiles que podemos encontrarnos a la vez que se recalca la importancia de este yacimiento inactivo pero que tiene mucho potencial en hallazgos y materiales fósiles, tanto en sus escombreras como en las zonas vírgenes.


     Son muchas las preguntas y muchas las inquietudes de estos jóvenes sobre la variedad de flora fósil que atesora este yacimiento carbonífero ahora ya inactivo, siempre nos asombra participación y la complicidad  de los alumnos de los centros escolares que solicitan nuestro servicios, la experiencia nos dice que si se lo presentamos de una manera participativa, si lo explicamos como lo sentimos y en definitiva si les hacemos vivir nuestra pasión conseguimos que participen de una manera activa.

El calor hacia mella en los alumnos


Escombreras de mina Boisan
    Cuando les explicabas que los mineros  picaban carbón en estas capas tan estrechas de apenas casi 40 cm de potencia  no se lo podían creer.

Juan les explica in situ las características de las capas de carbón de la mina Boisan

     Cumplido nuestro trabajo de enseñarles parte de nuestra historia y del valor que atesora nuestra comarca a nivel fósil nos encaminamos de nuevo hasta el pueblo de Santa Marina de Torre donde nos espera un refrigerio merecido y ganado.

Regresando a Santa Marina de Torre


Izquierda, miembro de la Junta Vecinal, Enrique y Juan Manuel

Pepi, profesora y Bióloga dando las explicaciones sobre los árboles a plantar


Melchor Moreno, cerrando los actos del día de convivencia
Así son las cosas y así se las hemos contado

sábado, 18 de mayo de 2019

BEMBIBRE, MOSTRANDO SUS TESOROS MINERALES Y FÓSILES A TODA ESPAÑA


Empieza la jornada

Fernando, María e Iris de Sada  A Coruña,  fueron los más madrugadores seguidos de Carlos y Ana
Los más madrugadores instalándose en las mesas


El día era el idóneo para este evento, solo esperando a que se llenen las mesas de tesoros naturales
Cada uno tenia su mesa y reserva preparada
      Jose, imagen de abajo, camisa de cuadros roja uno de los responsables del aula de paleobotánica de Fabero también acudió a esta mesa


     Venido desde  Cantabria Pablo Cantero supo ser muy generoso con los más pequeños he hizo que disfrutaran de los erizos que presentaba en la mesa, gracias por estar presente y del esfuerzo de venir de tierras lejanas.









     Los más pequeños tenían un espacio especial junto a los coleccionista experimentados, esa es una misión que tenemos que reforzar para darles una oportunidad de involucrarse en este maravilloso mundo de la mineralogía, de los fósiles y de la geología en todos sus campos.

    Es muy importante que tengan su espacio y participen de pleno derecho en esta mesa de intercambio, son nuestro futuro y debemos de apostar por su presencia presente y futura.


Por la izquierda, Julio Alberto Cendón (nuevo socio), Jairo, Jose y Fernando

      Los corrillos se empezaban a formar y lo mejor de todo a entablar amistad entre otros coleccionistas de otras partes de España, incluso personas que hacia años que no se veían pero en definitiva propósito conseguido.


   Manuel Echevarría de Lugo al fondo revisando materiales de Huelva, minas  polimetálicas Magdalena y Aguas Teñidas, Jose de Fabero camisa de cuadros con un coleccionista experto en erizos, Dino Guede con muestras de mucha calidad que se desplazo desde Galicia pero venia de Barcelona.

Todo en marcha

     Muy animada estuvo toda la jornada y muchos intercambios con materiales novedosos y algunos de ellos históricos que ya no se pueden encontrar en las mesas de intercambio ni en ferias a nivel nacional, como unas piritas de gran tamaño en dolomita talquitizada de la mina Respina de Puebla de Lillo, eso se llama generosidad por parte de uno de los asistentes, gracias Roberto.

    También nos visito Fernando y Pilar de Tui que venían de la Feria de la Unión y también decidieron hacer un parón en nuestra mesa de intercambio

Fernando al fondo de la imagen  y en el medio, recién llegado de la Feria de la Unión, Manuel Cañón a la izquierda y Echevarría a la derecha

     Después de las emociones, charlas, intercambios bien nos merecíamos un buen complemento vitaminado en Casa Julian, gran cocinero que nos preparó una paella de muerte y unos segundos platos de codillo asado y merluza que nos hizo coger fuerza para la sesión de tarde



     Es el momento de pasarse los teléfonos y cambiar información, eso es lo que suelen hacer las personas generosas que ven la mineralogía, paleontología y en general la geología como un campo en el cual todos queremos saber y compartir de lo que conocemos y de lo que investigamos.


Esperando la paella después de muchas emociones minerales
 
Javi ganador del mineral rifado

     Desde esta asociación y de su responsable agradecer a todas las personas que se han desplazado hasta nuestra localidad y a nuestro museo para asistir a esta nueva mesa de intercambio que sigue afianzándose en esta comarca  como un referente dentro del coleccionismo mineral, fósil y de rocas.

    Una mención especial a los que año tras año están presentes y ofrecen sus muestras con generosidad, sin ser socios y no tener compromisos, ya forman parte de nuestra historia después de nueve mesas de intercambio, gracias a Manuel Echevarría, siempre ahí desde el principio, a Manuel Cañón por tu generosidad con los más pequeños y personal, a Francisco Javier y su familia de Villalba (Lugo) por tu cariño, al final caíste en nuestras redes (nuevos socios)  a Roberto Matías, ingeniero de minas e investigador científico por tu compromiso y colaboración, a Víctor  Pais, geólogo, por hacernos participes de sus conocimientos y hallazgos, a los que desde el primer día que empezamos a preparar la mesa han acudido a montar, organizar y preparar la mesa, Jose Luis, Fernando, María, Antonio, Carlos, Ana, Javi, Eugenia, Martín, si falta alguien disculpas, sin vosotros esto no sería posible.

    Agradecer también al ayuntamiento de Bembibre por las facilidades que nos ofrecen para el buen desarrollo de esta mesa de intercambio.


Reflexión:

      En cualquier actividad que realizamos siempre estamos abiertos a mejorar todo aquello que vemos factible y que tendría mejor aceptación por parte de todos, una de las cosas que vamos a modificar es la permanencia de los expositores y coleccionistas durante toda la jornada de la mesa, no da buena imagen y asistencia el que se levante al mediodía o incluso antes algunas mesas de intercambio aún sabiendo que la actividad también es de tarde y hay personas que asisten de tarde a la mesa no teniendo la oportunidad de ver en todo su apogeo la actividad.

    Las limitaciones de no realizar ningún tipo de transacción económica en las operaciones de intercambio en nuestras dependencias nos limita la asistencia de mas coleccionistas pero esta es la esencia de esta mesa y así será respetada

     Esto va a suponer el compromiso de los asistentes a la mesa de permanecer de mañana y de tarde lo que supondrá una mayor presencia durante todo el día de coleccionistas y visitantes a la mesa, visitantes que se desplazan desde varios sitios de la comarca para poder ver esta mesa de intercambio en pleno funcionamiento.

     El coleccionista debe de comprender que no solo se desplaza para intercambiar si no que asiste a un acto también expositivo de sus muestras.


Así son las cosas y así se las hemos contado

jueves, 16 de mayo de 2019

GANADOR DEL I CERTAMEN NACIONAL DE RELATOS CORTOS "LA MINERÍA DEL CARBÓN" BEMBIBRE, LEÓN



Una vez pasados los efluvios y la embriaguez, y ya reposados los posos de los actos del I Certamen de Relatos Cortos, que en esta primera (y esperemos que no última) ocasión trataba sobre la Minería del Carbón y que ha resultado tan exitoso; tanto por la gran participación como por la calidad de los mismos, queremos reiterar nuestro agradecimiento a todos los participantes, a los miembros del jurado que generosamente se ofrecieron para esta nuestra primera incursión literaria y a todos los que han colaborado de alguna manera en esta aventura. Dos de los miembros del jurado: José Luis Rodríguez Souto y José Sánchez Sereno, se han prestado a contarnos su vivencia y gustosamente la insertamos como prólogo en esta entrada de nuestro blog. Bien podría formar parte de un relato ganador de cualquier concurso literario, tanto por su verbo fácil como por su descripción y entusiasmo en transmitirnos de principio a fin los hechos acaecidos desde el primer día de nacimiento hasta el desenlace final de este certamen de Relatos Cortos. Agradecemos como se merece su colaboración y deseamos y mantenemos intactos nuestro entusiasmo e  ilusión en seguir con este proyecto en años venideros. 

Nos agradaría poder editar en un libro del relato ganador para su publicación, pero nuestros medios aunque son grandiosos en voluntad, iniciativa y apertura a todo tipo de sugerencias; desgraciadamente no lo son económicamente,  por lo que nos conformaremos con plasmarlo en nuestro blog para disfrute de todos aquellos que por interés o por casualidad naveguen por este amplio mar de Internet y recalen en nuestra humilde caleta.

Han sido muchas e interesantes jornadas,  siempre en armonía y buena compañía.

           
MINERALES Y PALABRAS
José Luis Rodríguez Souto y José Sánchez Sereno.

Ha sido una aventura apasionante. El final de la misma se convierte en un principio. Se respira una atmósfera de plenitud. Un soplo de alegría danza entre todos los que han colaborado en el proyecto. Se han alcanzado los objetivos. Hay una gran satisfacción por el conjunto de relatos presentados. Todos han participado con ilusión y esfuerzo, contribuyendo con su aportación al éxito del concurso. Su recompensa está en el placer que habrán sentido escribiendo cada uno de los treinta y tres trabajos. Nos han enriquecido con su lectura. Sólo podíamos premiar a tres, pero todas las historias nos han llegado,  mostrándonos con sus palabras el mundo de la minería, y con él, una parte de sí mismos, logrando emocionarnos. Por ello, pueden considerarse todos los participantes, desde nuestra mente y nuestro corazón, escritores laureados.
La andadura comenzó con una ráfaga de luz que iluminó un sueño, y los sueños son para quien los trabaja. El destello inicial fue creciendo. La idea germinó en el seno de la Asociación Mineralógica Aragonito Azul, integrada por personas que trabajan por amor a su afición, desinteresadamente. Descubren tesoros  ocultos, testigos que preservan el paso del tiempo. Ellos consiguen que nos hablen, que nos contagien la sabiduría que almacenan. Con la magia de su esfuerzo logran que las rocas pierdan la mudez y nos transmitan el conocimiento acumulado. Con esa habilidad y la entrega entusiasta con la que cuentan, alumbraron el I Certamen Nacional de Relatos Cortos “La Minería del Carbón”.
Cincelado por la tenacidad y la ilusión, el sueño fue tomando forma hasta convertirse en una realidad. El esfuerzo poco importa cuando crees en algo y ese algo genera entusiasmo, contribuye a dinamizar una comarca, ayuda a conocer mejor nuestra historia y el entorno natural que conforma nuestro ser.
El tema elegido, la minería del carbón, es sangre de nuestra tierra, una parte apreciable de lo que somos. A nadie deja indiferente. Hay que indagar sobre ella, iluminar de alguna forma su negrura. Y qué mejor arma que la literatura para explicar esa realidad, que a través de la narrativa de ficción nos revela aspectos invisibles a los ojos.
El segundo peldaño para completar el proyecto es la publicación de las bases del concurso. En su filosofía late el amor por esta comarca, fundiendo dos pasiones: las palabras y los minerales. Se abre el plazo para la presentación de los relatos. Arriba el telón. La incertidumbre por el éxito de la empresa se difumina en la esperanza de que el concurso tenga una buena acogida y participen bastantes narradores.
Los trabajos van llegando, primero en un lento goteo y poco a poco de forma más acelerada, hasta que en los días próximos a la fecha límite se convierten en ilusionante aluvión. Los relatos presentados a concurso desgranan un cúmulo de hechos, personajes y emociones que nos impregnan con el espíritu de la minería del carbón y la humanidad de las gentes que han unido su vida a ella. A través de las diversas historias nos muestran: La cara oculta de la minería que nos descubre héroes anónimos en la oscuridad, bajo toneladas de tierra, sobreponiéndose a penurias y accidentes. Muertos que han dejado su luz en la memoria de los vivos. Personas que eran de otra pasta enmascarando en su dureza el amor hacia los suyos. La angustia ante la ausencia de futuro que puede conducir a soluciones extremas. El humor y la imaginación descubren, iluminados por lazos de compañerismo, diamantes en las minas de carbón. Un adiós y hasta nunca a la negrura desde la libertad y la luz del exterior. Las mujeres mineras entregadas  también al trabajo en la mina, superando el miedo encomendadas a su patrona. El minero desorientado, inservible, ya sin su trabajo, amante a pesar de todo de su oficio, pero que es un ídolo en los ojos de su hija. El retrato de las delirantes condiciones que sufren los que son reprimidos, en la lucha para reivindicar sus derechos. Los que caminan un día y otro día, como negras rocas inaccesibles al desaliento, en su ida y vuelta al tajo. La memoria del abuelo perpetuada por su nieta. Y el negro, el negro invadiéndolo todo, preñando el aire y las almas de dolor y de esperanza, para trazar el camino hacia un futuro mejor.
Este conjunto de textos destila una gran calidad y sentimiento, resulta increíblemente rico y sustancioso, haciendo muy difícil el trabajo de calificación, pero el esfuerzo en la lectura y la valoración adecuada de cada uno de los relatos, poco es comparado con el que han realizado sus autores para crearlos. Eso disipa cualquier rastro de cansancio y se realiza la necesaria y rigurosa selección, alcanzando tras una intensa deliberación el consenso sobre los relatos premiados.  
Una vez conocidos los nombres de los ganadores del concurso, el resultado tiene repercusión en los medios de comunicación locales y provinciales. A la calidad literaria de los relatos galardonados se une la gran humanidad de sus autores. El acierto conseguido produce satisfacción entre los miembros de Aragonito Azul. Les anima a continuar con su actividad y en la mente de todos aletea ya el pensamiento de la convocatoria del II Certamen. Ahora sólo queda el trabajo más gratificante: la jornada de entrega de premios, programada para el día dieciséis de diciembre, en un hermoso lugar, emblemático y muy querido por la organización.
El día amanece gris y las previsiones son de lluvia, pero en el desplazamiento hacia el punto de encuentro, en las inmediaciones de la estación de autobuses de Bembibre, el cielo se abre en un azul luminoso y las nubes son por el momento sólo una corona laureada sobre las montañas. En el lugar de la cita, hay ya un grupo de gente, reunido en torno a los miembros de Aragonito Azul. Algunos ataviados de pastores y pastoras; otras personas lucen sobre sus cabezas simpáticos cuernos de míticos renos, impresionantes testas de osos, rojiblancos gorros navideños de largas trenzas; incluso hay una mujer duende que se desplaza entre todos con halo de misterio, vestida del verde bosque y coronada por un puntiagudo gorro cónico que parece ribeteado por un aura extraña, como una nube de finísimas partículas acuosas, multicolores.
Después del intercambio de saludos, tras un breve trayecto en coche hasta el pueblo de Arlanza, caminamos en fila, siguiendo al guía, por un sendero que parte de las últimas casas del pueblo, y bordeando una acequia natural, nos conduce, acompañados por el sonido del agua, a través de prados de un verdor exultante, aún perlados por las gotas del rocío, hasta el bosque de Labaniego. Nuestros pies reciben agradecidos el contacto de la tierra que rezuma humedad, almohadillada de hojas, y nuestros pasos nos llevan muy rápido hasta los primeros árboles. Desde entonces, el camino se convierte en un trayecto encantado, que penetra en el bosque sin herirlo. Lo recorremos admirando la masa de robles, encinas y algún castaño, profundamente seducidos por la inmensa belleza de la naturaleza que nos envuelve, que asimilamos con sumo cuidado, como si la acariciásemos, para retener las impresiones en la eterna memoria de nuestros sentidos.
Nos deslumbra la paleta de mágicos colores, con los dorados del otoño que prolonga su retirada, el abanico de tonalidades de los verdes y marrones, entre los que despunta el gris del invierno, salpicado por el rojo de la rosa mosqueta y algunos islotes amarillos que afloran cerca de los bordes del sendero. Aspiramos el aroma a tierra húmeda, mezclado con el ácido efluvio de las hojas fermentadas en el suelo y el acre olor denso a madera añeja y viva. Nos acompaña el canto del invisible pájaro, solista virtuoso, acompañado por la sinfonía susurrante del río Noceda y el murmullo de la brisa agitando las ramas. Los troncos esbeltos de los árboles, son abrazados por musgos y líquenes, que ondean como cabellos sedosos y resplandecientes. La alfombra de hojas cada vez más mullida, recibe acogedora nuestros pasos, que se hunden en ella igual que nuestro espíritu se funde con el entorno, subyugado por tanta belleza. La retama se abre en algunos claros, y nos sorprenden pequeñas laderas escalonadas de piedras musgosas, que desembocan luego en tupidas zonas de troncos estrechos, fibrosos, como una frontera invisible hacia el espacio de la magia, que no invadimos, temerosos y prudentes, por seguir la senda, pero que sin duda existe, ahí, en la penumbra, anclada en el pasado que se hace presente, guardando los secretos del tiempo en esa otra realidad.
Con algo más de la mitad del trayecto andado, comienza la lluvia, con ligero sonido al principio como tenues lágrimas del cielo, para hacerse luego más y más espesa. Cuando llegamos a las ruinas del antiguo monasterio de San Fructuoso, el aguacero es tan intenso, que el aire es una cortina de niebla densa y acuosa, difuminando la imagen de los muros de piedra, que aún escasos y en ruinas resisten orgullosos, heridos pero no muertos, mudos testigos de su antiguo esplendor, pero la naturaleza avanza inexorable, y los cubre de maleza, incluso, en medio de una de las vallas de piedras, crece un árbol.
Terminamos la travesía, empapados de agua y sensaciones, en la bocamina “La Canalina”. En la gruta, a pesar de la intensa lluvia o quizá también por ella,  disfrutamos de la contemplación del original y artístico Belén y rendimos culto a Santa Bárbara, apretujados en la cavidad o cobijados bajo los paraguas, compartimos sonrisas, ligeros lamentos por el tiempo inclemente y posamos para las fotografías. Se estrechan entre los asistentes los lazos de amistad y camaradería. Los organizadores, dadas las anómalas condiciones meteorológicas, han decidido que nos traslademos a la “Casa del Pueblo” de Labaniego, donde nos refugiamos y cómodamente instalados asistimos al acto de la  entrega de premios del concurso.
El presidente de la organización da la bienvenida y es tan habilidoso en el manejo de las palabras, como a buen seguro lo será en el de las rocas. Agradece a los presentes la asistencia al acto, la participación de los que han concurrido al certamen y la labor del jurado. Se muestra satisfecho por la cantidad de gente que hemos asistido, a pesar de coincidir el horario con la manifestación que se realiza en Ponferrada por el futuro de la comarca, pero reivindica con total fundamento que lo que hacemos hoy aquí es otra forma de protesta, de afianzar nuestro patrimonio, apostando por el futuro con una de las mejores armas: la cultura. Fruto de esta iniciativa quedará reflejada para toda la vida en estos relatos parte de la historia de la minería. En su mente y en el ánimo de toda la Asociación está el realizar esta actividad en años sucesivos, continuando con el Certamen. Lanza al aire demandas de ayuda a las instituciones y a quien quiera hacerse eco, para conseguir esto, y para hacerse con una imagen de Santa Bárbara, aunque sea en madera para poder llevarla cuando se realice la ruta. Además de pedir ayuda, ofrece la colaboración de la Asociación Aragonito, que como siempre, está dispuesta a prestarse para cualquier actividad que le propongan y en su mano esté.
Se realiza un sorteo entre los números de los tiques que todos hemos adquirido para la comida, cuyo importe será destinado a sufragar los gastos de esta y el sobrante se donará a la Asociación Española Contra el Cáncer. Los premios del sorteo son unas pequeñas esculturas de piedras, rocas o minerales, como mejor gustemos en llamarles, aunque no está mal denominarlas piedras, según dice, ya que a ellos les llaman “piedrolos”.
Otro miembro de la Asociación da lectura al acta del jurado que refleja el resultado del Certamen. Se realiza la entrega de los tres primeros premios y de  los diplomas a los participantes presentes en el acto, que como dice el presidente de Aragonito Azul, con palabras cargadas de razón, a su juicio, son todos ganadores. Y como colofón, el presidente del jurado, Eduardo Keudell, lee emocionado y de forma emotiva, el relato ganador: “Negro”, envolviéndonos a todos, durante unos minutos, en la magia del texto, logrando comunicarnos todo el sentido y las sensaciones del mismo, terminando su lectura con un espontáneo: ¡muy bueno! que todos celebramos con un contundente y prolongado aplauso liberando la emoción contenida en el ambiente.
Terminado el acto, mientras los asistentes se unen en saludos y felicitaciones, abandono  el salón. Son cerca de las dos de la tarde, pero la lluvia tiñe el día de una densa oscuridad, gruesas gotas repiquetean en las pizarras de los tejados y el velo de agua se desliza mansamente por la piedra de las casas y la pendiente de las calles. En lo alto de la escalera exterior de piedra, que desciende desde la puerta del salón hasta la calle, cuando me dispongo a abrir el paraguas, de repente un relámpago esmeralda rasga la negrura del aguacero, ascendiendo desde el bosque, en la ladera del monte que linda con las casas, hasta el cielo tupido de gris. En el lugar de donde partió el fulgurante destello, veo aparecer a la duende verde, saliendo de la fronda boscosa, que desciende muy despacio la pendiente, con los brazos ligeramente separados del cuerpo, rozando con sus dedos las ramas y las rocas que sobresalen de la tierra. Pasa a mi lado ensimismada, sin verme, murmurando con sus labios una letanía ininteligible, y se pierde calle abajo entre las casas del pueblo. De inmediato la lluvia cesa y en el lugar donde el relámpago tocó el cielo se abre un claro azulado, que se extiende en pocos segundos hasta cubrir todo el valle de un azul brillante y transparente, iluminado por un sol espléndido. Comienza a salir la gente del salón y comentan sorprendidos y contentos el giro repentino, que contra toda previsión ha dado el tiempo. Ha quedado un día maravilloso, primaveral.
El numeroso grupo de los asistentes, nos repartimos entre la calle, donde es un gran placer disfrutar los rayos de sol, y en la parte baja de la casa del pueblo, en la cual, poco a poco, todos vamos entrando. Hay un aroma a comida, entrañable, nutriente,  que nos remonta a celebraciones familiares. El cocinero y pedáneo del pueblo, que realiza una encomiable labor para rehabilitarlo, como maestro de ceremonias da los últimos toques a la gran paella y se respira un agradable clima de charla, risas, saludos y aunque dada la hora, el apetito apremia, con toda tranquilidad esperamos turno para ir recogiendo los generosos platos de paella, sabrosísima. Y en este abigarrado salón, mientras comemos, charlamos y sonreímos, formamos un todo armonioso, que como si de un organismo único se tratara, percibe de forma nítida, que la felicidad existe y hay instantes como este en los que se hace corpórea y quedan para siempre impresos en nuestra memoria.
Después de la comida, con los estómagos satisfechos, aún hay hueco para un reconfortante café, que espanta la sombra de la siesta y hasta para la queimada, hecha con todos los honores del “conxuro”, disfrutada por nuestros paladares agradecidos, entre anécdotas, un poema y cuentos espontáneos, que llenos de humor y amistad, despiden de forma imborrable una maravillosa e intensa jornada.  
Abandonamos el pueblo de Labaniego y ya en la carretera, la mirada se pierde a lo lejos en el hermoso horizonte teñido de crepúsculo, donde aún ondea el azul de la tarde orlado por nubes rojizas de formas caprichosas, iluminadas por los rayos dorados que irradia el sol desde detrás de las montañas, prolongando la despedida de un día tan magnífico. Se expande en nuestro espíritu un poso de tristeza por el final de la aventura, pero se desvanece pronto pensando en la próxima. El tiempo seguirá rodando imparable y ya no estaremos quizá los mismos. El certamen se hará mayor, irá creciendo, y en el centro, la Asociación continuará inmersa en su labor callada,  por “entretenerse”, como dijo el ganador del primer premio, cuando le preguntaron en una entrevista por la tarea de varios años componiendo los mosaicos romanos que exponía: ¡menudo entretenimiento!
La Asociación Mineralógica Aragonito Azul sustenta esa generosidad de dar y la gratitud de recibir, cultivando los bienes más valiosos e imperecederos: la cultura, el arte y la amistad. Abonados por la humildad, hacen algo distinto, que cala en la gente, sostiene nuestra tierra, y alimenta la esperanza de que el mundo y nosotros mismos seamos un poco mejores. Así a veces, como ha ocurrido con  este proyecto los sueños se hacen realidad.





NEGRO


Allí, como en otros lugares del Bierzo, se vivía de la antracita que se extraía de las
minas, y lógico es, que el destino de una cuenca transitara unido irremediablemente
al negro. El cantar de los martillos neumáticos, el ajetreo de los lavaderos, las
montañas de carbón eran, la vida diaria, el emblema del pueblo.

Las infancias transcurrían entre estufas negras que caldeaban las escuelas,
manchas de tinta, dictados interminables en los que irremediablemente surgía lo
minero y pizarrones negros en los que se copiaban mil veces seguidas…carbón se
escribe con be, hulla con hache, vagoneta con uve…y por mucho que se empeñaran
en las Primeras Comuniones en vestirlos de blanco los sueños de un niño se
limitaban a un papel de estraza y a un carboncillo para pintar sobre los cielos pardos
del papel extraños arco iris negros.

Las viviendas encaladas por el polvo negro del carbón estaban rodeadas por
escombreras en las que las vagonetas tiradas por mulas vertían el estéril de los
transversales y las guías. Las laderas estaban sembradas de pequeñas minas de
montaña, de chimeneas de ventilación caladas al exterior, de pozos planos por los
cuales se bajaba en carruchas, la madera de entibar y se subían las vagonetas
cargadas de antracita brillante. Las aguas bajaban negras.

Madre vestía de negro y de noche, casi a juego con aquella cocina que mantenía
encendida a base de recogedores colmados de antracita. En ella preparaba las
sopas que padre desayunaba antes de salir para el tajo, y de tiempo en tiempo le
pasaba la piedra puliéndola con esmero. Vestía de negro por su padre, mi abuelo,
que se había ido con los pulmones carcomidos por la muerte negra, como le
llamaban algunos, la cual lo fue sumiendo en una lenta asfixia hasta que casi
voluntariamente dejó de respirar para evitar aquel continuo sufrimiento.

A padre el carbón le corría por las venas y le marcaba la piel con cicatrices y
recuerdos. El negro se alojaba en las heridas, en las entrañas, en los poros, y ya no
había estropajo alguno que pudiera sacarlo de allí dentro. Menudo e inquieto, padre
llevaba la rampa y el testero tatuados en su cuerpo, en ese cuerpo que un día acabó
aplastado bajo aquel costero que rompiendo bastidores y puntalas cayó sobre él
para cubrirlo con el más oscuro de los negros.


 


Jesús Antonio Martínez Lombo


Así son las cosas y así se las hemos contado