sábado, 7 de septiembre de 2024

BATEO DE ORO RIO DUERNA



Por la izq. Juan, José María, José Luis, Martín, José Luis, Sinforiano, Julio, Miguel, Arturo y  Emilio, 


Oro + Fiebre= “Fiebre del Oro”. Esta es la denominación genérica que se le ha dado a nivel mundial de la obsesión de hallar este preciado metal.  

    Como datos a tener en cuenta sobre sus características hemos obtenido la siguiente información: el oro es un elemento químico cuyo número atómico es 79. Está ubicado en el grupo 11 de la tabla periódica. Es un metal precioso blando de color amarillo dorado. Su símbolo es Au (del latín aurum, 'brillante amanecer') Es considerado un metal noble, esto quiere decir que es un metal químicamente estable y en condiciones normales no se oxida ni se corroe. Su masa atómica es de 196,97 g/mol y su densidad de 19,3 g/ml. Además, es uno de los metales más apreciados en joyería por sus propiedades físicas al tener baja alterabilidad, ser muy maleable, dúctil y brillante, y valorado por su rareza al ser un metal difícil de encontrar en la naturaleza.

    Ante todas estas maravillas, no es de extrañar que culturas de diferentes épocas trataran de localizarlo y emplearlo en la diversidad de obras de arte que realizaron y por suerte aún podemos contemplar muchas de ellas.

    En nuestra provincia de León, y sobre todo los romanos, extrajeron cantidades ingentes de oro en las numerosas explotaciones que realizaron, destacando por su envergadura la explotación de la Médulas en el Bierzo que es Patrimonio de la Humanidad.

    Nosotros somos más humildes, y pertrechados de unas bateas nos hemos ido al río Duerna, en la comarca de la Valdueza para batear a pie del Teleno y tener la satisfacción de obtener con este trabajoso, pero gratificante sistema, unas lascas casi imperceptibles pero que nos dejan expectantes al observarlas con atención y apreciar el brillo característico del oro en el fondo de la batea. Esta es una de las actividades que realizamos habitualmente desde nuestra Asociación Aragonito Azul de Bembibre; es una experiencia que no deja indiferente a ninguno de los participantes, tanto como por el entorno ribereño y disfrute de la naturaleza en general, como por esa sensación de hormigueo de satisfacción al poder encontrar oro con esta sencilla actividad de batear.

Ha sido una agradable mañana en armonía y buena compañía.

    Cosecha de José Luis y Martín, no estuvo mal para ser su primera vez bateando oro

Buena cosecha, entre todos más de un gramo

    Desde Valladolid nos acompañó José María, un socio que siempre nos acompaña  en nuestras salidas aunque esté lejos.

José María probando suerte

    El más pequeño de nuestros socios en esta salida y venido desde Lugo, Martín acompañado de su padre sintió la fiebre del oro en sus carnes y era un no parar de bateas

Martín


Tuvo buena idea Miguel, esa sillita quita algo de dolor de riñones


Arturo también lleno su botecito con buenas muestras


Tampoco estaba muy fría el agua y era soportable, Emilio encontró una buena ubicación para el bateo

Emilio dando los últimos pasos en su batea


Miguel probando suerte

     Sabemos por datos recogidos  y pruebas realizadas, que de 16 cestas de 50 kg de sedimentos  se puede extraer 1 gramo de oro (probado). 

La verdad, no estuvo mal, algunas bateas reflejaron la riqueza de estos sedimentos fluviales arrastrados de antiguas minas explotadas por los romanos



José María, José Luis y Arturo


    Martín y su padre eran noveles en este campo, pero pronto aprendieron a defenderse con sus bateas y a probarse en quién recogía más oro en la jornada, gran rivalidad y mejor empeño no podíamos disfrutar.

Martín y José Luis en busca del oro perdido.


Sinforiano y Emilio en plena faena

    En esta ocasión era yo el  que les dio las premisas para enseñar, dentro de mi humilde saber las técnicas de bateo más normales, el tiempo hará que cada uno asuma su técnica,  agilidad y destreza en esta actividad que cada vez tiene más adeptos.



    Tres meses en dique seco, tres meses sufriendo sin salidas ni ver a los compañeros, en esta ocasión aunque solo mojé un poco los pies y serví de recogedor de pepitas, he disfrutado un montón, poco a poco iré recuperando y espero servir como siempre de transmisor de la geología a la que tanto amo.

Así son las cosas y así se las hemos contado







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