martes, 28 de mayo de 2019

EXCURSIÓN DE INTERÉS GEOLÓGICO Y PATRIMONIAL, COLABORA DIPUTACIÓN, MINA ESCARLATI, MINA SAN ANDRÉS, LEÓN


Llegada al puerto de  Las Señales e inicio de la subida a la mina Escarlati

COLABORA: DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE LEÓN
Ponferrada-Bembibre-Puebla de Lillo-Puerto de las Señales-Mina Escarlati-Mina San Andrés.
12/Mayo/2019

  Con un cielo azulado y una luminosidad extraordinaria se inició la jornada. A las ocho en punto desde Ponferrada y con primer destino Bembibre, formamos el grupo completo, dispuestos a disfrutar de la actividad propuesta y organizada por la Asociación Mineralógica Aragonito Azul.
Se echaron de menos algunas caras y sobremanera, por qué no decirlo, la del presidente; su falta estaba más que justificada y seguro que la del resto también. Pero es innegable que el hecho de no contar con su pasión, energía y liderazgo,  dejó un vacío extraño y un poso de tristeza.

   El siguiente destino sería Puebla de Lillo por su proximidad a las Minas Escarlati y San Andrés.
Puebla de Lillo está situado al norte del Reino de León y es prácticamente límite con el Principado de  Asturias. Está compuesto por las localidades de Camposolillo, Caseríos de San Isidro, Cofiñal, Isoba, Redipollos, San Cibrian, Solle y el propio Puebla de Lillo.

Embalse del Porma

  El autobús de la Diputación de León nos introdujo en la montaña por el valle del río Porma. Pasamos por el embalse del mismo nombre, rodeándolo. Se empezó a construir en 1961 y comenzó a acumular agua en 1969. Vimos el poblado abandonado y próximo a inundarse de Camposolillo en la cola del pantano, motivo por el que fue expropiado a sus propietarios.

  Llegamos a Puebla de Lillo. La vista se dirige a su Torreón, símbolo junto con la ermita de Las Nieves de la localidad. Está totalmente restaurado y ha sido habilitado como Centro de Interpretación de la Naturaleza. Estiramos las piernas y compartimos café y amigable charla. Allí nos esperaba nuestro guía para la actividad, cordial y sonriente, Roberto Matías: incondicional colaborador de Aragonito Azul, ingeniero de minas e investigador, pero sobre todo un enamorado de la minería en la más amplia acepción de la palabra.

  Nos preparamos para acometer la subida al Puerto de las Señales, uno de los puntos más elevados de la cordillera cantábrica que alcanza una cota máxima de 1625 m y discurre junto al espacio protegido del parque nacional de Picos de Europa.

Puerto de Las Señales, Maraña, León

Laguna de Valdecarrín, dirección mina Escarlati

   Desde esa ubicación a poco más de un kilómetro a pie, nos reunió Roberto Matías frente a la MINA ESCARLATI para explicarnos y ofrecernos sus conocimientos acerca de la explotación. Nos embelesó: el grupo se quedó en silencio para no perder detalle; nos acunó con su verbo fácil y cálido, con su pulcritud técnica y sus detalles. En todo caso, Roberto Matías, merecería un artículo aparte.

Al fondo escombreras y mina Escarlati

                  Roberto Matías dando las explicaciones oportunas.
Bocamina, nivel inferior

     Mina Escarlati, para proseguir, se trata de una  Mina de Mercurio enclavada en el Puerto de las Señales, municipio de Maraña. Su época de mayor actividad fue entre 1969 y 1972.
Allí han aparecido grandes ejemplares de cinabrio cristalizado. El cinabrio está compuesto por un  85% mercurio y 15% azufre. En su interior e incluso en la escombrera, abundan calcitas blancas destacando este mineral rojo púrpura.
    


  Se dice que se llama Mina ESCARLATI por el color escarlata de los cristales de cinabrio. Personalmente me gusta denominar al mercurio como plata líquida. Sus aplicaciones son variopintas: termómetros, manómetros, válvulas, fluorescentes, etc.  Nos contaba Roberto que antiguamente era recomendado para curar fracturas o heridas como antiséptico y que actualmente sus compuestos están en desuso en medicina debido a que sus efectos tóxicos son mejor conocidos.

Cinabrio

     


 En fin, tras la experiencia y con algún recuerdo de “cinabrio” en los bolsillos, regresamos hacia el autocar para decidir sobre la próxima visita.







María Isabel, valiente y minera


Cargadero



Fotos para el recuerdo



Gonzalo, Fernando, Javier y Ana

Plano inclinado inundado mina Escarlati
Complejo minero Mina San Andrés, Puebla de Lillo, León

    Durante el camino y cuando observaba alrededor, fijando la mirada en estas montañas, percibí su quietud, su silencio, el espacio vacío y limpio que permitía percibir sus espíritus. Fueron sensaciones. Nunca se olvidan.

   El tiempo había transcurrido rápido. Era prácticamente la hora de comer. No fuimos conscientes. Los responsables decidieron eliminar la visita al Lago Isoba y la aproximación caminando hasta la mina San Andrés por la opción de buscar ubicación para comer y enlazar con la visita a la misma dentro del horario previsto.

Andando se hace camino


     




     MINA SAN ANDRÉS: Se trata de una mina de talco. Ubicada por encima de Puebla de Lillo en la carretera que sube por la vertiente leonesa al Puerto de San Isidro. Se inició su explotación en 1920 y finalizaron las labores en 1992 por aquello de la escasa rentabilidad. Durante años la explotó la Sociedad Española de Talcos. Por todos lados se pueden encontrar piedras de talco que destacan por su endeblez. 












              Galerías  de mina San Andrés

Bifurcación de dos galerías

LA MINA:

     Los talcos de esta zona, se formaron durante el Mesozoico, por metasomatismo hidrotermal asociado a las etapas distensivas tardihercínicas del Pérmico. Durante las mimas, la existencia de accidentes tectónicos como varias fallas de desgarre y un cabalgamiento, favoreció la circulación de fluidos hidrotermales que en suma, fueron los responsables de la talquización de cuarcitas y dolomías. Morfológicamente el yacimiento se encuentra en una semicubeta sinclinal muy compleja de dirección NNO-SSE, atravesada por la falla de Cofiñal E-O. En la parte central de la semicubeta, se encuentra un núcleo de caliza de montaña, rodeado por la formación Alba y la cuarcita de Barrios. 

   Son precisamente asociados a esta caliza de montaña donde se encuentran los talcos de mayor calidad, con espesores de hasta 50 m. Desde la misma y hacia el este, se encuentran masas de talco explotables de hasta 40 m de potencia, siguiendo el plano de cabalgamiento que separa las calcitas ordovícicas de los materiales carboníferos. Los inicios de la extracción de talco en estos parajes se remontan a los años 20 del siglo pasado. Es en éstas fechas cuando la Sociedad Española del Talco pone en funcionamiento la Mina San Andrés, y compra a la Hullera Vasco-Leonesa la ahora emblemática factoría para el tratamiento del talco sita en Boñar, que en sus orígenes fue planta de elaboración de azúcares.

Impresionante cambio con tres ramales de galerías


  

   De colores blancos a grises azulados y algún extraño verde. Se rayan con facilidad con las uñas y dejan las manos suaves al frotarse como se empeñaban en demostrar mis compañeros de viaje. En cualquier caso se utiliza en diversas aplicaciones industriales: lacas, pinturas, cerámicas, aditivo en plásticos y es básico en cosmética y farmacia




    Otros cuántos recuerdos en forma de “piedras de talco” en las mochilas nos obligaron a iniciar el descenso, donde permanece intacta la rampa de cemento empleada para bascular el mineral y cargarlo en el nivel inferior, hacia las instalaciones abandonadas del hotel y restaurante “La Mina”, donde esperaba el autobús para nuestro regreso. Ya acomodados me dio por consultar en internet sobre aquel  lugar y encontré una bonita historia que resumiré a continuación:

 Se dice que las mujeres de estos parajes sacaron adelante sus familias trabajando en la explotación de talco. Caminaban kilómetros desde sus respectivos lugares, trabajaban ocho horas y aún atendían ganado y familia a su regreso. Mineras obligadas por la falta de hombres y la necesidad de alimentar a sus familias. Minería tiznada de blanco. Fueron los estertores de la guerra civil y los difíciles años posteriores.
En los años 50 esas mujeres cobraban 6,50 pesetas al día por 8 horas de trabajo más otras 100 horas a mayores al mes. A estas mujeres se las conoce como “La Patrulla del Talco”.

Fernando y Adrián




















Los más pequeños disfrutando de la jornada

   Con la mente ocupada intentando imaginar aquellas duras vidas y los ojos perdidos en la belleza del entorno, arrancó el autobús de vuelta.

   El Bierzo nos esperaba,  acogedor,  tras una intensa jornada de novedades enriquecedoras que nos proporcionó a todos, sin duda, una magnífica experiencia.

Gracias a la  Asociación Mineralógica Aragonito Azul. Gracias a Roberto Matías. Gracias al grupo.

J. Sánchez Sereno


Así son las cosas y así se las hemos contado.

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