Esta
entrada del blog no es precisamente un clásico de nuestras aventuras minerales,
pero si tiene su gran importancia por tratarse de una bella playa denominada
“de los cristales”. Ese nombre es técnicamente erróneo porque sabemos que
realmente son vidrios, puesto que el mar fue un vertedero donde arrojaban entre
otras cosas miles de botellas de toda condición. El mar en su magnánima
gratitud las devolvió desmenuzadas en pequeños tesoros pulidos y brillantes
para gozo de la humanidad.
Por
la prohibición y el sentido común para preservar este fenómeno, ¡no se pueden
llevar cristales de recuerdo de esta playa!
He
elegido el relato de la Wilki, donde Plinio nos adorna el descubrimiento del
vidrio.
Plinio el
Viejo (siglo I),
en su Historia Natural, cuenta que unos mercaderes que se dirigían hacia Egipto
para vender natrón (carbonato de sodio), se detuvieron para cenar a orillas del
río Belus, en Fenicia. Como no había piedras para colocar sus ollas, decidieron
utilizar algunos trozos de natrón. Calentaron sus alimentos, comieron y se
dispusieron a dormir. A la mañana siguiente vieron asombrados que las piedras
se habían fundido y habían reaccionado con la arena para producir un material
duro y brillante, el vidrio.
Esta bonita
playa se encuentra en pleno centro de la costa de la Muerte, en un precioso
pueblo pescador llamado Laxe, nombre de origen celta “losa o piedra plana”. En
realidad, su nombre en gallego tradicional sería Lage, aunque la política
lingüística política tratando de huir del castellano lo nombra con X, en
castellano es Laje.
La llamada
para sus moradores gallegos “A costa da Morte” empieza en
Finisterre y llega hasta Malpica de Bergantiños. En leyendas ya desde el siglo
XVI son desgraciadamente famosas estas costas por los numerosos naufragios y
desgracias de sus pobladores que viven de cara al mar en estos peligrosos y
espectaculares acantilados. aunque para los griegos y romanos lo denominaban así porque era el confín del mundo, era el lugar donde "muere" el sol y la morada del alma de los difuntos
Existe una
Asociación creada para dar a conocer estas joyas de la naturaleza y facilitar
la información para poder recorrer la denominada Ruta de los Faros que va
llevando a los senderistas al borde de toda esta costa, también en cualquier
pueblo de esta zona te indicarán las diversas rutas con precisión para
disfrutar de esta belleza salvaje y relajante.
Como si
de golosinas se tratasen la imagen posterior e inferior nos muestran la variedad de tamaños
y el colorido de los vidrios fragmentados que han sido erosionados por el vaivén
de las olas a través de los años, verdes con distintas cromáticas, blancos, marrones y en menor medida azul tapizan esta pequeña y bonita cala gallega.
Cada marea revuelve y remoja estas semi joyas que el secarse pierden algo de la magia y del brillo temporal ya que la erosión le da una patina mate. |
También acompañando a estos vidrios se pueden encontrar fragmentos de cerámica y ladrillos, restos de bivalvos y gasterópodos y también clastos de cuarzo de los bloques de granito meteorizados por el mar y las inclemencias del tiempo, en estos bloques de granito se pueden observar piritas cúbicas acompañando a micas y ortoclasa.
Algas, caracolas, piedras y cristales en armonía y symbiosis perfecta. |
Bonita perspectiva. |
Cualquier recodo y oquedad sirve
para que sirvan de recipiente de recogida de estos vidrios multicolores,
Las vistas son
maravillosas, que sitio más mágico, Galicia, Galicia mía, cuanta paz me
das, cuanto me llenas el corazón, y además, acompañado con la persona mas
importante de mi vida, me hace olvidar mis piedras , mis rocas, mis minerales,
en definitiva me ocupo de lo importante de esta vida intentar ser feliz,
ESPÉRAME QUE VOLVERÉ con aquellos que también quiero.
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